El 2014 fue el año de Interestellar, la última película de Christopher Nolan, que nos dibujaba un panorama desolador donde la Tierra ya no daba para más: los cultivos se agotan, tormentas de arena asolan constantemente el mundo y la población ya no puede resistir más tiempo sin poder producir los alimentos que necesitan para sobrevivir. Así que se plantea la posibilidad de -¿por qué no?- habitar otro planeta.

Sí, sabemos que esto es una película de ciencia ficción, pero ¿hasta qué punto sería posible encontrar un planeta al que poder huir en caso de catástrofe? Es algo que films y novelas de este género llevan tratando muchos años como tema recurrente, pero cada vez parece menos ciencia ficción y más una realidad. ¿Por qué? Ahora lo sabrás.

2014, el año de los planetas nuevos

Los avances científicos en relación a la búsqueda de planetas fuera de nuestro Sistema Solar ha provocado que en febrero de 2014 la NASA publicaba un informe en el que se anunciaba el hallazgo de, ni más ni menos que, 715 planetas extrasolares. La mayoría de ellos tienen un tamaño que oscila entre el de la Tierra y el de Neptuno, un planeta que mide casi cuatro veces más que el nuestro.

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Si hace dos décadas los sistemas desarrollados para la búsqueda de planetas nuevos más allá de nuestro Sistema Solar se basaban en un laborioso análisis planeta por planeta, actualmente los científicos cuentan con nuevos métodos estadísticos que permiten aplicar las técnicas de análisis a varios planetas al mismo tiempo; de ahí el enorme incremento en el descubrimiento de nuevos exo-planetas.

¿Nos mudamos a Kepler 186f?

Pero eso no es todo. Una vez que los astrónomos encargados de este proyecto empezaron a estudiar los hallazgos, se vio que cuatro de esos nuevos planetas, que tenían poco más de 2,5 veces el tamaño de la Tierra, podrían tener agua y, consecuentemente, albergar vida. De hecho, pocos meses después del informe de la Nasa, la revista Science publicaba un artículo en el que se comunicaba que uno de esos cuatro planetas, el bautizado como Kepler 186f, tenía una atmósfera similar a la terrestre y agua en su superficie. Ambos aspectos, unidos a que orbita alrededor de una estrella de características similares al Sol, lo harían un candidato muy bueno para tener vida y quizás ¡para ser habitado por humanos! Lástima que nos quede un poco lejos de casa: ¡está a unos 500 años luz de la Tierra!

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La verdad es que la investigación sobre este tema está dándonos cada día hallazgos más curiosos. Quién sabe, quizás algún día podremos habitar otros planetas. Esperemos, de todos modos, que sin tener que ver el panorama apocalíptico de Interestellar. ¿Tú qué crees? ¿Crees que llegaremos a ver vida en otros planetas? ¡Cuéntanos!