Durante lo que va del tercer milenio d.C. los vuelos tripulados al espacio no se han separado de la madre Tierra mucho más allá de la órbita de la Estación Espacial Internacional (400 km de altura), pero en cambio se han realizado y se siguen realizando, travesías extraordinarias con sondas espaciales enviadas por la NASA, la Agencia Espacial Europea, chinos, japoneses y rusos, a destinos como Plutón, el espacio transneptuniano, Marte, cometas y asteroides, la Luna.
Como aquellos barcos famosos de los últimos 500 años del segundo milenio, los nombres de las sondas espaciales del siglo XXI van quedando registrados en la historia de la exploración espacial: Kepler, New Horizons, Rosetta, Mars, Cassini, son algunas de estas naves no tripuladas que han contribuido a aumentar nuestro conocimiento del Sistema Solar. Un selecto grupo de aventureras al que ahora se incorpora la sonda espacial Juno.
La sonda espacial Juno llega a Júpiter
En los primeros días de julio, la NASA anunció la llegada y entrada exitosa en la órbita de Júpiter de la sonda espacial Juno. Lanzada en agosto de 2011, luego de un vuelo de casi cinco años y una distancia recorrida de 3.000 millones de kilómetros, Juno se ha convertido en la primera nave impulsada por paneles solares en llegar tan lejos del astro que la alimenta, pues Júpiter se encuentra a 812 millones de kilómetros de distancia del Sol.
El objetivo de esta misión es explorar de modo exhaustivo el planeta más grande del sistema solar, desde la composición química de sus nubes, hasta su campo magnético y cómo es su superficie. Juno será la primera nave en orbitar tan cerca de Júpiter, al estar a 5.000 kilómetros de su superficie y 2.575 por encima de sus nubes. Durante 18 meses dará unas 37 vueltas al planeta mientras realiza experimentos y envía datos a la Tierra.
Júpiter es tan grande que duplica la masa de todos los planetas restantes del sistema solar, cuenta con unos 60 satélites (uno de ellos, Ganímedes, más grande que Mercurio). En contraste con sus dimensiones, el planeta gira muy rápido sobre su eje (apenas diez horas) que generan un poderoso y todavía poco estudiado campo magnético, y un cinturón de radiaciones que fue seriamente considerado para el diseño y construcción de la sonda espacial.
Se espera que la información proporcionada por Juno, que significativamente para los estadounidenses cumplió exitosamente la primera parte de su misión el 4 de julio (día de su independencia), ayude a entender un poco más los orígenes del sistema solar y el funcionamiento de los planetas gaseosos que se encuentran más allá del cinturón de asteroides (Saturno, Urano y Neptuno).
Como ya habrás adivinado, el nombre de la sonda no fue resultado de una elección caprichosa: Juno es una diosa del panteón romano, hermana y esposa del dios Júpiter (vendrían a ser los equivalentes de Hera y Zeus), que además de otros poderes tenía la capacidad de ver a través de las nubes. Un poder perfecto para el buen cumplimiento de esta misión, ¿no te parece?
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