Seguro que en la escuela aprendiste de memoria los planetas del sistema solar: Mercurio, Venus, La Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. ¿La Tierra? ¿Por qué la Tierra no tiene nombre de dios como los otros planetas?
Por qué la Tierra no tiene nombre de dios
¿Qué es un planeta? La Unión Astronómica internacional consensuó una definición y declaró que un planeta es un cuerpo celeste que tiene unas características determinadas que son: «orbitar alrededor de una estrella o remanente de ella», que sea prácticamente esférico, que haya limpiado la vecindad de su órbita y que no emita luz propia.
En la actualidad se considera que Plutón no es un planeta, aunque este hecho es objeto de discusión por los científicos. Sin embargo la Tierra, al igual que sus «compañeros» cumple todos los requisitos. Para saber el motivo por el que no tiene el nombre de un dios debemos remontarnos a la antigüedad. Cuando se dio nombre a los planetas los humanos no sabían que La Tierra era también uno de ellos. Creían que los planetas eran cuerpos celestes que giraban a nuestro alrededor. En prácticamente todos los idiomas el nombre de nuestro mundo deriva de palabras que significan suelo o terreno. En inglés «Earth» deriva del germánico «erde» que quiere decir «tierra» y Tierra proviene del latín «terra». Los antiguos llamaron «tierra» a aquello sobre lo que posaban sus pies y más adelante el nombre pasó a identificar al planeta Tierra.
Un dato curioso es el origen de la propia palabra «planeta» que viene del griego πλανήτης «planētēs» que significa «vagabundo» o «errante«. Los planetas recibieron ese nombre genérico debido a la teoría geocéntrica de Ptolomeo. Éste creía que el Sol giraba en torno a la Tierra que era el centro del universo y los planetas también lo hacían pero de una forma errática, ya que desobedecían la «ley del círculo». Por ese motivo, por no trazar un círculo alrededor de la Tierra, se los consideró errantes o vagabundos y se los llamó «planētēs».
Estos «planētēs» recibieron su nombre de acuerdo con las características que griegos y romanos veían en ellos y que relacionaron con dioses determinados: al planeta rojo le pusieron Marte, dios de la guerra, al que más brilla le pusieron Venus, la diosa de la belleza, al que órbita en menor tiempo alrededor del Sol (solo tarda 88 días) y por tanto es el más rápido, lo llamaron como al mensajero de los dioses «Mercurio» y al más grande de todos le dieron el nombre del dios más importante «Júpiter». El último de los planetas que se ve a simple vista, más allá de Júpiter y mucho más lento que éste, recibió el nombre del padre de ese dios: Saturno.
Urano y Neptuno no fueron descubiertos y nombrados hasta hace pocos siglos y en un principio no tuvieron nombres de dioses. Se llamaron «Herschel» y “Georgium Sidium”. No fue hasta 1850 en que se estableció que debían tener nombres de dioses como los otros planetas del sistema solar y se los llamó como los conocemos actualmente.
Para nombrar los objetos celestes, a lo largo de la historia se han usado diversos métodos cuya nomenclatura ha llegado hasta nuestros días, sin embargo en la actualidad se ha optado por el método de Henry Draper.
Ahora ya sabemos por qué la Tierra no tiene nombre de dios. Si te ha interesado este post, quizá quieras conocer Los 7 exoplanetas parecidos a la Tierra descubiertos por la NASA. ¿Qué supone este descubrimiento?