Hace poco en Supercurioso escribimos sobre el fin del mundo según Stephen Hawking, y las teorías que este físico maneja sobre este tema. Hoy queremos profundizar un poco más en estas presunciones científicas de este famoso investigador, más popular y conocido en los últimos años por series de televisión como The Big Bang Theory o Futurama, o por el reciente film La teoría del todo, que por sus aportes a la física y a nuestra comprensión del universo.
Hawking adquirió relevancia internacional gracias a sus libros de divulgación científica y a su participación en programas de televisión orientados a explicar los últimos descubrimientos en física y astronomía, pero hizo escuchar su voz cibernética para especialmente para manifestar su inquietud por el rumbo que lleva la humanidad y especular sobre tres posibles fines de mundo hechos a nuestra imagen.
Tres maneras de borrarnos del mapa
1. Contacto…
La primera y tal vez más improbable sería la de un contacto con una civilización extraterrestre tecnológicamente superior.
En 2010 Hawking afirmó que el contacto con una civilización alienígena no sería precisamente pacífico y favorable para los seres humanos, y recordó lo que le pasó a los pueblos americanos cuando fueron “contactados” por Europa.
2. La inteligencia artificial nos domina
La segunda retoma un tema que también ha sido objeto de novelas y películas de ciencia ficción: la posibilidad de que el desarrollo de inteligencia artificial termine con el dominio de las máquinas sobre los seres humanos.
Hawking, y un pequeño grupo de científicos, han manifestado su preocupación por algunas tendencias en el desarrollo de inteligencia artificial, aunque también reconocen que aún está muy poco avanzada como para ser considerada un peligro.
3. La violencia desatada en una guerra nuclear
La última y más evidente es la de una guerra nuclear: “una guerra nuclear total podría ser el fin de la civilización, y quizás el fin de la raza humana”, declaró.
Aunque la agresión puede haber sido una ventaja evolutiva cuando el ser humano se afirmaba sobre la Tierra, hoy en día podría ser su amenaza más real de extinción. La agresión y la violencia son dos aptitudes “negativas” que debemos aprender a manejar, no sólo como individuos sino como pertenecientes a una raza, la humana.
Hemos estado a punto de extinguirnos en el pasado por errores en el manejo de peligrosas armas nucleares. Claramente somos esclavos de nuestros impulsos y de nuestras imperfecciones, razón por la cual esta última hipótesis puede ser la más cercana a explicar nuestra posible desaparición del planeta Tierra.
¿Solución? Empatía
Como alternativa proponía promover la empatía, “pues nos reúne en un estado amoroso y pacífico”, según sus propias palabras. Ponernos en el lugar del otro permite frenar los impulsos violentos, o en todo caso, pensar antes de actuar, e imaginarnos que alguien nos infringe el mismo dolor y sufrimiento que nosotros ejercemos sobre otras personas, pueblos, culturas…
En todo caso, no fue la primera persona con una mente especial que nos sugiere el amor al prójimo como la solución más evidente.