Cuando hablamos de cuáles son los pecados capitales, hacemos frente a una serie de actos malignos, nocivos o negativos sobre los cuales Dios advierte a los hombres. Si algo se deja ver de manera muy clara, en los parajes y las frases de La Biblia, es la absoluta dicotomía entre el bien y el mal. Parecen no haber puntos medios: O se es absolutamente bueno, o se es condenablemente malo. Y justo alineadas con estas ideas, surgen las 7 virtudes, con las que el orden eclesiástico pretende equilibrar las fuerzas y contrarrestar el mal al que, aparentemente, tienden todos los hombres.
En Supercurioso nos gusta profundizar en estos temas, abriendo un abanico de posibilidades para que aprendas y también opines. En otra ocasión te hablamos sobre los símbolos de los pecados capitales y las iracundas formas en que son castigados. En esta oportunidad, te invitaremos a conocer sobre las virtudes de los pecados capitales. ¿Nos acompañas? Pues, empecemos.
El origen de las virtudes de los pecados capitales
A los seres humanos nos gusta ser reconocidos por nuestras virtudes. De algunos se señalará su inteligencia, de otros su bondad o su buen olfato para los negocios. Pero, desde el punto de vista religioso, las 7 virtudes son esas cualidades imprescindibles y neurálgicas, con las que el hombre es capaz de hacer frente y de vencer a los pecados capitales. Al parecer, la Iglesia Católica ideó el listado de las virtudes de los pecados capitales con la intención de dar herramientas a los hombres para alejarse del mal y salvar sus almas. Por esto mismo, también se las conoce como las Siete Virtudes Celestiales. Entonces, la Iglesia contrapuso las 7 virtudes a los 7 pecados, pero están basadas en antiguos conceptos de la filosofía griega, como la prudencia, la justicia, la templanza o el valor.
De igual manera, encontramos las raíces de estas 7 virtudes en «Psychomachia», un poema épico del siglo IV escrito por un gobernador romano cristiano llamado Aurelio Prudencio Clemente. En él, en forma de batalla, enfrenta pecados y virtudes, encarnados ambos en personajes femeninos. En el poema, por ejemplo, la lujuria hace peligrar a la castidad con una antorcha recubierta de azufre, pero al final vence esta última degollando a la lujuria. Esta obra tuvo gran influencia en la Edad Media y contribuyó a la definición de las virtudes como las únicas capaces de vencer a los pecados.
Las siete virtudes según la Iglesia
Los pecados están claramente delimitados. Se les complementa con símbolos de animales, con colores, con castigos horrendos que se extienden durante toda la eternidad, e incluso con particulares demonios de los pecados capitales. La gula, la lujuria, la avaricia, la soberbia, la ira, la envidia y la pereza son las pasiones que toman el alma humana y la llevan hacia el mal. Los castigos son rotundos. Aunque, si somos honestos, todos experimentamos alguno de estos pecados, seguramente más de una vez en la vida. El hecho es que las 7 virtudes de los pecados capitales han sido pensadas para hacerle frente al mal y vencerlo. Veamos cuáles son.
1. La humildad contra la soberbia
La soberbia es ese pecado que nos lleva a sentirnos, creernos y actuar como superiores ante los demás. En este sentido, entre las 7 virtudes, la llamada a combatir las actitudes de soberbia es la humildad. Ayudada por la valentía, la modestia, la reverencia y el altruismo, esta virtud combate el mal.
2. La generosidad contra la avaricia
La avaricia es ese sentimiento que nos lleva a querer siempre acumular más y más riquezas materiales. Y, aunque podamos llevar una buena vida, este pecado capital hace que nunca nos sintamos satisfechos con lo que tenemos. En este sentido, la generosidad aparece entre las virtudes de los pecados capitales, para combatir la avaricia en el corazón humano. Benevolencia, sacrificio, abnegación y entrega le complementan en el camino de la bondad.
3. La castidad contra la lujuria
La lujuria… otro de los pecados que según la Iglesia Católica daña el corazón de los hombres. La entendemos como el deseo carnal excesivo, obsesivo, siempre presente. Para combatirlo, la religión enarbola la castidad, entre las 7 virtudes primordiales. Con ella, el alma humana alcanza el conocimiento, la pureza, la honestidad y la sabiduría.
4. La paciencia contra la ira
Sin duda, entre las más valiosas virtudes de los pecados capitales, nos encontramos con la paciencia. Bien decía el Conde, poeta y erudito italiano Giacomo Leopardi, en una de las más célebres frases sobre la paciencia, que «es la más heroica de las virtudes, precisamente porque carece de toda apariencia de heroísmo.» Entre las 7 virtudes, esta se destaca como la llamada a imponerse ante la ira. Viene acompañada por el perdón, la misericordia y la tolerancia.
5. La templanza contra la gula
Otro de los grandes pecados, en el que casi todos hemos caído alguna vez, es la gula. Ese afán desmedido de placer, generalmente asociado a la comida, a la bebida y a los excesos de todo tipo. Para combatirla, aparece entre las virtudes de los pecados capitales la templanza, cuyas armas son la humanidad, el honor, la justicia y la abstinencia.
6. La caridad contra la envidia
Seguimos recorriendo las 7 virtudes que hacen frente a los pecados capitales. Entre ellos, especial bajeza tiene la envidia, que lleva a la persona no solo a querer poseer lo que otro tiene, sino también a desearle el mal. Para enfrentarse a ella, aparece la caridad, en la que lucen la satisfacción, la lealtad, la compasión y la integridad.
7. La diligencia contra la pereza
La pereza es esa sensación de cansancio, de debilidad, lentitud o falta de voluntad. Para la religión católica es un vicio que lleva al hombre a incumplir con sus obligaciones espirituales y morales. En este sentido, entre las 7 virtudes, aparece la diligencia, que apoyada por la persistencia, la fortaleza, el esfuerzo, la ética y la rectitud, ayuda a acabar con los comportamientos perezosos.
Por otra parte, las virtudes que vencen a los pecados capitales también se ven reflejadas en las cualidades que debía tener un caballero medieval y que estaban recogidas en los diversos Códigos de Caballería. Un Caballero debía ser leal y tolerante, lo que implica ser misericordioso y paciente. También, templado o resistente, ya que debe acostumbrarse a beber y comer con moderación y contener sus apetitos sexuales; debía ser generoso, humilde y no vanagloriarse de sus éxitos, sino alabar los logros de los demás, valerosos para tener el coraje y la voluntad de hacer lo correcto.
En definitiva, aunque vemos que las 7 virtudes de los pecados capitales parecen corresponder en pleno con los designios de la Iglesia Católica, se trata de una teoría que le antecede y que va más allá. En realidad, recogen normas e ideales de comportamiento que ya establecieron en muchos casos los filósofos griegos, en un intento de poner unas bases morales y éticas para la conducta humana. Si te ha interesado este tema, no dudes en dejarnos tus comentarios. ¡Estaremos encantados de leerte! 🙂 Por lo pronto, te dejamos con este interesante artículo sobre la fundación de la Iglesia Católica.