La antigua civilización egipcia sigue planteando numerosos enigmas y causando asombro por los descubrimientos que, aún después de cientos años de investigaciones, siguen saliendo a la luz. En esta ocasión es el arquitecto Miquel Pérez-Sánchez Pla quien ha revolucionado el panorama de las investigaciones sobre el Antiguo Egipto con las conclusiones de su tesis doctoral sobre la Gran Pirámide de Keops. Un trabajo titulado “La Gran Pirámide, clave secreta del pasado” que el autor considera rupturista pero riguroso, al estar basado principalmente en principios matemáticos.

Las claves secretas de la Gran Pirámide de Keops

El Ojo de Horus coronó la Gran Pirámide

Esta es una de las grandes aportaciones de los estudios realizados por Pérez-Sánchez, la Gran Pirámide de Keops habría estado coronada por una esfera. Al efectuar la reconstrucción informática de la pirámide el investigador se encontró con que faltaban metros. La pirámide ha llegado a nuestros días mutilada ya que fue utilizada como una cantera, perdiendo unos 9 metros de altura al perder todo su recubrimiento original de piedra caliza blanca. La reconstrucción se realizó siguiendo las medidas de 440 codos reales ( 0,5236 m) de base por 280 c.r de altura y un ángulo de inclinación de 51,84 grados que, en segundos de arco, es igual al cuadrado de 432, un número constante en el edificio. Las alturas de los triángulos estarían rehundidas en el centro de los lados de la base y así no llegaría a medir los 280 codos reales, quedándose sólo en 218, 276 codos reales.

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Esa diferencia de altura sólo podría cubrirse con una esfera de 2,7183 cr de diámetro que reposaría sobre una pequeña plataforma que truncaba la cima de la pirámide. La esfera simbolizaría el sol o al ojo de Horus y habría estado recubierta con una aleación de oro y plata, el llamado electrón, que tendría propiedades electromagnéticas y que también fue utilizado para recubrir los piramidones que remataban obeliscos y pirámides.

El efecto relámpago

Este es otro de los enigmas ya descubiertos por el físico y matemático André Pochan. Una rareza que se produce cuando la luz salta rápidamente de una semicara a otra de la pirámide al amanecer y al atardecer de los equinoccios de primavera y otoño. La singular forma de la parte superior de la pirámide, zona en la que pasa de 4 caras a 8 semicaras, fue diseñada para marcar este fenómeno convirtiéndose en un marcador equinoccial, constituyéndose uno de los grandes logros de los sacerdotes arquitectos de Keops.

Las matemáticas en la Gran Pirámide de Keops

Otro de los sorprendentes hallazgos realizados por Pérez-Sánchez son las fechas de principio y final de la construcción de la Gran Pirámide del faraón Khufu, más popularmente conocido como Keops. Según el investigador la duración de las obras habría sido de algo más de 17 años frente a los 23 años comúnmente aceptados, siempre durante el reinado de Keops, otorgándole una doble cronología: de 2551 a 2528 a.C. o de 2589 a 2566 a.C. Además, según los estudios matemáticos, la cámara sepulcral del faraón estaría situada en la parte superior de la construcción y toda la pirámide sería un compendio de los conocimientos matemáticos, astrológicos y geográficos de los egipcios. Así, en la pirámide se encuentran medidas como el diámetro de la Tierra, la distancia al sol o a la estrella Sirio o se habría usado el número Pi hasta su cuarto decimal, 3,1416.

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Según Pérez-Sánchez, la pirámide de Keops constituye un milenario de un gran diluvio que habría arrasado a la que él llama la “civilización madre del Antiguo Egipto y de la que habría heredado los grandes conocimientos matemáticos y astrológicos plasmados en la construcción del monumento.