¡Lo que cuesta ir al gimnasio! La mayoría nos apuntamos y a los pocos meses nos borramos porque realmente no lo utilizamos. En la época victoriana empezó a ponerse de moda hacer gimnasia y muchos médicos recetaban a sus pacientes hacer ejercicio como una forma de mejorar su salud. Pero, como a nosotros, a muchos de ellos también les resultaba pesado ejercitarse y buscaron una solución: ¡máquinas que hicieran la gimnasia por ti! O por lo menos que la hicieran más llevadera y efectiva. Lo curioso es que muchos de esos artilugios son los precursores de esos modernísimos aparatos que podemos ver en cualquier gimnasio actual. ¡Vamos a verlos!
Las INCREÍBLES máquinas de gimnasia Victorianas
La mayoría de estas máquinas fueron ideadas por un médico sueco llamado Gustav Zander a finales del siglo XIX y eran para ejercitar diferentes partes del cuerpo. Aquí tenéis 10 de ellas y para qué sirven. Como veréis sus principios son muy similares a las que podemos encontrar hoy en día en cualquier sala de fitness. Eso sí, ellos no parecen realizar ningún tipo de esfuerzo. ¡También es increíble la ropa que llevan para hacer gimnasia!
1. La equitación también es un deporte y los médicos de la época lo tenían muy claro; esta es una genial máquina de montar a caballo. La señora, muy digna, monta a «mujeriegas» en vez de a horcajadas.
2. Este es para estirar el tronco. Reforzaba la musculatura de la espalda y los hombros. A través de una polea se tensaba la cuerda que iba desde la cintura y los hombros hasta un contrapeso.
3. Este aparato, mediante un mecanismo rodante al que podías ajustar la resistencia, ayudaba a ejercitar los pies, tobillos y piernas ¡sin quitarse los zapatos!
4. Este ingenioso invento te ayudaba a conseguir unos buenos bíceps. Mediante unos rodillos y unos pesos se flexionaban los brazos de una manera cómoda.
5. Un increíble masajeador circular abdominal. ¡Nada de sudar haciendo abdominales! Los rodillos de este ingenio te evitaban el esfuerzo.
6. Este ingenio es el precursor de la bicicleta estática. Reforzaba la musculatura de las piernas y evitaba tener que aprender a montar en una de verdad.
7. Para conseguir fortalecer los muslos el Dr. Zander diseñó este aparato que golpea ligeramente la musculatura de la pierna.
8. En esta camilla podías estirarte y recibir un buen masaje de espalda totalmente mecánico. Por debajo de la camilla se movía un rodillo a tal efecto.
9. Este aparato fue inventado para desarrollar los tríceps. Seguro que en el gimnasio has visto alguno muy parecido.
10. El último artilugio del Dr. Gustav Zander que os presentamos es un extensor de cadera y rodilla. La tensión también es ajustable. La prueba de que no se suda es que se puede utilizar con la «levita» puesta.
A finales del s. XIX ya existían todos estos aparatos. Los hemos modernizado, pero la base es prácticamente la misma. La única diferencia es que ellos no sudaban y nosotros sí.
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