Cuando vamos a un museo o a una exposición de arte, muchas veces nos hemos preguntado que es lo que hay detrás de lo que vemos. ¿Qué quería decir el pintor? ¿Quiénes eran las personas retratadas? ¿Dónde se encuentran los paisajes que observamos? En el magnífico cuadro de Velázquez «El príncipe Baltasar Carlos a caballo» vemos un paisaje al fondo, es la Sierra del Guadarrama. En él destaca un pico del que queremos contarte algo: la leyenda de la montaña de La Maliciosa pintada por Velázquez
La leyenda de la montaña de La Maliciosa pintada por Velázquez
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (Sevilla 1599 – Madrid 1660), plasmó en muchas de sus obras los paisajes de los alrededores de Madrid y en especial de la Sierra del Guadarrama, así lo vemos en cuadros como «El bufón don Diego de Acedo, «el Primo»«, «Felipe IV a caballo» o «La reina Isabel de Francia a caballo». En el cuadro antes mencionado del «Príncipe Baltasar Carlos a caballo» pintado en 1635, vemos un pico en concreto: La Maliciosa.
En el Sistema Central, no muy lejos de Madrid, se encuentra la Sierra del Guadarrama y en ella una de sus montañas más altas (2.227 metros) es La Maliciosa. Muchos piensan que el nombre tiene relación con la dificultad que encuentran los montañeros para alcanzar la cima por la vertiente más escarpada. En el libro 101 CURIOSIDADES DE LA HISTORIA DE LA SIERRA DE GUADARRAMA (que no te puedes perder), nos explican que el origen del nombre procede de una leyenda.
La Maliciosa es actualmente un roca granítica pelada, sin prácticamente ninguna vegetación. La leyenda explica que ésto no siempre fue así. Cuenta que, antiguamente, en lo alto de la montaña había un vergel, un auténtico jardín con huerta y todo. Un oasis con agua en abundancia. La gente de los alrededores lo veían pero por más que lo intentaban no podía acceder a él. Únicamente una bruja de un pueblo cercano sabía como hacerlo y gozaba de los frutos del fantástico jardín. La mujer era conocida como la maligna. Un grupo de vecinos decidieron seguirla para ver como llegaba hasta la cima. La bruja, al darse cuenta, montó en cólera, invocó a los poderes más oscuros y se declaró un pavoroso incendio que acabó con el vergel y dejó la montaña completamente vacía de vegetación. Desde entonces La Maligna es simplemente una roca pelada de granito.
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