Uno de los motivos por el que nos gustan tanto los perros es porque les encanta jugar. Disfrutan corriendo, recogiendo objetos, saltando tras un palo, persiguiéndonos…y también con sus juguetes. Pero muchas veces, tras un corto lapso de tiempo, los abandonan, pierden el interés sin que sepamos el motivo. En Supercurioso ya vimos: ¿Por qué algunos perros inclinan la cabeza cuando les hablamos? Ahora queremos saber qué motiva que prefieran unos juguetes sobre otros.
Los juguetes preferidos por los perros ¿Por qué?
Muchas personas compran a sus perros algún juguete nuevo para que se entretenga y por lo general el can se muestra entusiasmado durante 15 o 20 minutos, pero luego lo abandona y no vuelve a mirarlo. Sólo en contadas ocasiones lo convertirá en su juguete preferido y lo llevará con él a todas partes. ¿Por qué ocurre esto?
Parece ser que a los perros les ocurre como a los niños y a muchos adultos, lo que les gusta no es el juguete en sí, sino la novedad. En un experimento realizado por Patricia Kaulfuss y Daniel Mills de las Universidades de Giessen en Alemania y Lincoln en el Reino Unido se demostró la preferencia que tienen los perros por los juguetes nuevos. Entre un grupo de 17 canes a los que se ofreció a la vez 3 juguetes, 2 que ya conocían y uno que era nuevo, el 76% prefirieron el nuevo. Los perros tienen en general «neofilia» y por eso prefieren los juguetes nuevos pero de esos también se cansan pronto porque enseguida dejan de ser novedosos para ellos.
En otra investigación paralela llevada a cabo en la Universidad de Bristol, en la que también se constató que el interés de los perros por los juguetes nuevos era completamente transitorio, se ofrecieron a los animales diversos tipos de juguetes para ver si con alguno de ellos conseguían mantener su interés por más tiempo. De este estudio dedujeron que el perro actúa de forma similar a los lobos: prefiere lo que puede desgarrar o tiene sabor a comida. Sus juguetes preferidos serán suaves, de fácil manipulación, que pueda morderlos sin problemas y a ser posible que hagan ruido. Los que menos les gustan son los que tienen una superficie dura y rígida y que además no hagan ruido.
La solución para que nuestra mascota mantenga el interés podría pasar por retirar de su vista algunos juguetes y dárselos al cabo de un tiempo habiendo modificado algo en ellos. Lo más fácil de manipular es el olor, podríamos pasarlos por hierba o tierra o ponerles un poco de perfume, por ejemplo. También se puede iniciar una relación diferente entre el juguete y el perro si lo utilizamos para interaccionar con él. El valor del objeto cambiará completamente para el can.
¿Que te han parecido las conclusiones de estos estudios? ¿Le sucede lo mismo a tu mascota? ¿Pierde pronto el interés por los nuevos juguetes? ¿Cuáles son sus preferidos? ¡Esperamos tus comentarios!
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