Los Mayas fueron una de las civilizaciones más trascendentales y poderosas de su tiempo. En un principio se pensaba que eran una sociedad muy pacífica, dedicada al estudio y otras actividades económicas. Sin embargo, en el año 1946 se descubrió que en realidad se trató de una civilización de grandes guerreros, con fuertes y violentas luchas por alcanzar el poder. ¿Nos acompañas a descubrir esta vertiente de la cultura maya?

Los murales de Bonampak, en Chiapas

En el año 1946 se descubrieron unos murales de Bonampak, en Chiapas, México. En dichos murales estaban plasmadas violentas escenas de guerras, decapitaciones y torturas, cambiando completamente el concepto pacífico que se tenía de los Mayas hasta entonces.

Fragmento de los murales de Bonampak reproducido por Rita Lazo
Fragmento de los murales de Bonampak reproducido por Rita Lazo

A ese descubrimiento se le sumó dos años después los hallazgos a nivel lingüístico hechos por los investigadores  Tatiana Proskouriakoff y Heinrich Berlin. Éstos lograron descifrar la escritura maya y así se pudo conocer que los dibujos plasmados en los murales eran literales, es decir, no se trataba de representación imaginaria sobre los dioses que esta cultura adoraba.

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Se trataba de luchas y sacrificios muy reales. De hecho, en los glifos habían datos sumamente específicos, como por ejemplo, la fecha en la cual se llevó a cabo determinada guerra, el nombre del vencedor y rango. En otros casos también se especificaba el nombre de algún prisionero importante, así como también la cantidad de personas que tenían en cautiverio.

Gracias a estos descubrimientos, también se pudo determinar que los nobles mayas eran los guerreros mejor preparados, tanto en equipamiento como en entrenamiento para combatir a los enemigos. Las escenas representadas en los murales indican que las batallas finalizaban cuando se sacrificaba a uno de los prisioneros del bando contrario.

Sacrificios mayas

Los Mayas creían en el sacrificio como una forma de ofrenda a los dioses que adoraban, pensaban que de esta manera los dioses les otorgarían lo que ellos les pedían. Por ejemplo, al Dios de la lluvia, solían ofrecerle niños, mujeres vírgenes e inclusive hombres que se pensaban eran guerreros, a cambio de terminar con un fuerte período de sequía.

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Los sacerdotes eran quienes sacrificaban a estas personas, especialmente a niños con edades comprendida entre los 2 y 11 años. Muchos de ellos no solamente eran lanzados al fondo del cenote, sino que también eran despellejados antes del sacrificio.

El arqueólogo Guillermo de Anda ha logrado reconstruir al menos 127 esqueletos recuperados de los celotes, de ellos el 79% por ciento pertenece a pequeños niños y el porcentaje restante pertenece a mujeres y hombres.

También solían decapitar a prisioneros y guerreros para ser ofrecidos al Dios de la guerra, las cabezas de éstos eran representadas en los murales como trofeos. La finalidad de estos sacrificios era pedir por la victoria de una batalla o también como agradecimiento por haber ganado la guerra.

Gracias a los nuevos hallazgos y estudios, podemos conocer un poco más sobre una de las civilizaciones más importantes de la antigüedad. Sus aportes, costumbres y creencias de alguna forma u otra han contribuido a formar nuestra sociedad actual, por lo cual siempre resultará interesante descubrir un poco más sobre tan interesante cultura.

¿Qué opinas de la cultura Maya?