A pesar de que su popularidad ha descendido en esta época, los programas de Reality Shows crearon un cambio en la perspectiva social de los individuos, con sus diversas técnicas de integración a nuestra realidad cotidiana se han apoderado del rating de muchos países a nivel mundial, por lo tanto es interesante conocer el origen de su éxito. ¿Eres adicto a estos programas? Entérate qué ocurre en tu mente.
Autoimagen y Narcisismo
Todos los seres humanos somos narcisistas, puesto que hemos aprendido a satisfacer nuestras propias necesidades, preocuparnos por nuestra imagen a nivel personal y social, tenemos rasgos que nos distinguen de los demás y nos empeñamos en destacarlos haciendo uso de la adaptación con nuestro contexto, sin embargo existe un momento en el que este sano desarrollo de nuestro narcisismo puede volverse patológico es decir sale del rango común, esto es cuando nuestra imagen es desplazada a niveles demasiado exigentes, por lo que acostumbramos a idealizarnos como alguien famoso, que destaca de entre todos, que tiene particularidades que los demás no, etc.
Bajo esta premisa, los programas televisivos, intentan compaginar nuestra propia imagen con la de los personajes que protagonizan alguna serie o show de espectáculos, dándoles una personalidad que tenga características similares a las de nosotros, como audiencia, para que podamos identificarnos con ellos.
Gracias a esto es probable que seamos capaces de relacionarnos con ese individuo hasta tal punto que queremos que todo le salga bien, que sea el favorito, que todo lo bueno le pase e incluso, en aquellos programas con un concurso en específico, deseamos que ese a quien le hemos depositado grandes expectativas, sueños y esperanzas sea el ganador.
Diferentes técnicas, mismo objetivo
Aunque cueste trabajo pensarlo, existe una diferencia entre los reality shows donde conocemos a un grupo de personas que entran en una casa y permanecen juntos hasta que solo queda un ganador (como en Big Brother), que es el favorito de la gente, de aquellos en los cuales el grupo de personas elegido destaca por sus dotes artísticas (música, canto baile, etc.) y gradualmente son eliminados hasta que se obtiene un ganador, que es quien tiene mayor talento, según la perspectiva de los televidentes.
En estas dos vertientes existen distintos aspectos a analizar:
1. Interés especial en ver qué sucede a nivel personal a cada individuo del reality show
Es muy interesante observar cómo la gente discute y analiza las relaciones interpersonales que se desarrollan dentro del ambiente observado de un grupo de individuos, ya que estos pueden enamorarse, entrar en conflicto, aliarse, etc. Es decir mostrar todo lo que como personas sociales realizamos a diario con quienes nos rodean. Entonces, ¿qué lo hace tan atrayente si esto lo vivimos día a día? Pues el mismo hecho de observar cómo estas personas reaccionan y qué juicios toman en cuenta para solucionar los conflictos cotidianos, nos enaltece observar nuestros propios deseos e incertidumbres en la pantalla.
2. Integrar aún más a la audiencia mediante los votos, decidiendo quien se queda y quien se va
Es importante resaltar que la población que llama a las televisiones y vota por el candidato de su elección, está dedicando esa parte de su vida a favorecer a alguien con quien jamás tendrá relación alguna. No obstante, de algún modo sabe que la responsabilidad de que esa persona gane o no está en sus manos, esto le da cierto poder, además de vincularlo emocionalmente si esa persona sigue en el programa y más aún si gana.
3. Perspectiva del “más carismático”
Hemos visto que en los reality shows musicales, aquel que se gana el aprecio de la gente por su carisma, talento, actitud, etc. Será siempre el que resulte ganando, aquel con quien la gente se identifique de mayor manera con sus aciertos y sus errores, además de ser el que presenta una situación tan emotiva que despierta la empatía en cada uno de nosotros provocando que queramos “ayudarle”.
La hipótesis sobre la manipulación de nuestro narcisismo se basa en que todos esos detalles que vemos en la pantalla nos hacen sentir como si estuviéramos allí, que la oportunidad también puede ser nuestra, sentimos la fama y cumplimos nuestros ideales mediante esas personalidades en las que nos centramos, incluso nos hace pensar que nuestra realidad es un tanto aburrida o rutinaria por lo que con cada resumen, espectáculo, despedida y demás nota informativa que tengamos más nos obsesionamos con los reality shows. No es posible separar esta premisa de todos aquellos programas, series, novelas y películas que realizan estas técnicas para envolver a la audiencia y generar mayor estima e impacto.
¿Qué opinas al respecto? ¿Eres o fuiste adicto a algún reality show? Comenta de forma constructiva tu opinión.
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