Una mañana dominical de noviembre de 1974, un grupo de paleoantropólogos se encontraba trabajando en un sitio a 150 km de Addis Abbeba, capital de Etiopía, cuando se topó con restos de huesos pertenecientes a un primate, en un lugar con una antigüedad geológica de casi 4 millones de años.
Donald Johansson acababa de toparse con Lucy, una australopitecos, bautizada así la noche del descubrimiento, pues justamente mientras conversaban sobre lo que parecían ser restos fósiles de una hembra, escuchaban “Lucy en el cielo con diamantes”, de nuestros ancestrales Beatles.
Lucy, la primera caída mortal conocida
El nombre científico de Lucy es Australopithecus afarensis, por haberse encontrado en un valle perteneciente a la tribu afar, y vivió hace 3,9 millones de años. Actualmente casi todos los paleontólogos aceptan que se trata de una antecesora del género homo, que caminaba como nosotros, usaba herramientas y en el que machos y hembras estaban claramente diferenciados. Debió ser una mujer de 20 años, de 1 metro de altura, con un peso aproximado de 27 kilogramos, y posiblemente ya había tenido hijos.
Es mucha información sobre alguien que vivió hace cuatro millones de años, pero hay más, ahora también sabemos cómo murió. Recientemente la revista Nature publicó un estudio realizado por un equipo de la Universidad de Texas en Austin, coordinado por el paleontólogo John Kappelman, en el que se afirma que pudo haber muerto debido a una caída de un árbol, a más de diez metros de altura.
Los huesos de Lucy fueron sometidos a tomografías y análisis para determinar cómo se fracturaron, y se pudo determinar que éstos se quebraron debido a una caída desde una gran altura, más allá de los diez metros. También, gracias a este estudio, se pudo calcular que estaba despierta y además cayó de pie, pues intentaba amortiguar los efectos de la caída.
Nuestros primos contemporáneos, los chimpancés, acostumbran pasar el día en el suelo y dormir en la noche en árboles de gran altura para evitar a los depredadores, y es probable que los australopitecos hayan tenido costumbres similares.
Los australopitecos eran hasta cierto punto una especie intermedia entre nuestra vida en los árboles y la sabana, que entonces comenzaba a expandirse; por eso algunos paleoantropólogos piensan que el accidente de Lucy pudo deberse a la evolución, pues nuestra capacidad para movernos erguidos en la sabana debilitó nuestra habilidad para desplazarnos y mantenernos en los árboles. Si así fue, Lucy pudo ser víctima de nuestro avance hacia la actual humanidad.
De ser cierta la historia de Lucy, quizás aquí tengamos una explicación para el uso de la metáfora de la caída para referirse a la desgracia y a la pérdida de la fortuna, ¿no crees? Pero ciertamente dice mucho de nuestra humanidad que hoy recordemos a Lucy, antecesora en la lucha por ser cada vez más humanos. Si te interesa saber más de ella, lee el artículo sobre nuestra ancestral bisabuela.