Aclaremos en primer lugar que la etiqueta de «madres tóxicas», también la podemos aplicar a los padres, al igual que a cualquier otra persona que dentro de la educación de un niño, vete su crecimiento personal y su madurez.
Ahora bien, dentro de los estilos de crianza más habituales en numerosos países del mundo, es la madre quien mayor relación tiene con sus hijos a la hora de marcar pautas, de educar y de favorecer o no el crecimiento en todos los ámbitos del niño. En especial en su seguridad, en la capacidad de ser responsable y de inculcarle esas estrategias esenciales con las cuales crear un vínculo saludable, que favorezca su independencia el día de mañana.
Hablemos hoy de esta interesante realidad: la sobreprotección. ¿Piensas que hoy en día los estilos de educación crean niños «burbuja»? ¿Conoces en primera persona el vivir con una madre tóxica (u otro tipo de familiar tóxico)? Veamos primero qué rasgos suelen caracterizar este tipo de crianza.
1. Necesidad de control
Las madres tóxicas buscan controlar cada aspecto de la vida de sus hijos. Con ello, no sólo esperan proteger al niño de todo mal, de todo problema, lo cual sería aceptable. Lo que buscan en muchas ocasiones es «controlar para evitar la independencia» de esa criatura, consiguiendo así que siempre se mantenga a su lado.
En ocasiones son madres con muchas carencias afectivas que ven en la figura de sus hijos, a alguien que puede cubrir para siempre sus necesidades, tales como el cuidado eterno, el evitar la soledad a la vez que sentirse útiles al satisfacer cada aspecto de la vida de sus hijos. Atenderles les hace feliz, pero en el momento en que ven que sus hijos son autónomos, que tienen su círculo social e incluso sus parejas llegada una edad, ello les asusta. Están perdiendo el control.
2. Prohibido salir de la «zona de confort»
Las madres tóxicas no cortarán nunca ese cordón umbilical que tienen con sus hijos. Y para ello, evitarán que los niños tengan oportunidades nuevas de aprendizaje, y ante todo que tomen iniciativas que les hagan salir de esa zona de confort donde todo está controlado según las normas de las madres ( o padres) tóxicos.
¿Qué deseas ir a estudiar que está en otra ciudad, lejos de casa? Imposible. Lo más seguro es que nos pongan mil impedimentos, o que utilicen estrategias como la victimización. «Te vas a estudiar fuera porque lo quieres es dejarme sola, porque no me quieres, después de todo lo que yo he hecho por ti». Las madres tóxicas suelen ser hábiles manipuladoras. Y si uno no tiene una fuerte autoestima, y seguridad en un mismo como para tomar aquella decisión acorde a sus necesidades, lo más seguro es que nunca salga de esa zona de confort.
3. «Tienes que conseguir lo que yo no alcancé»
Proyectar en los hijos sueños propios incumplidos, es algo muy común en muchas familias. Si una madre no logró estudiar medicina en su momento porque acabó casándose y teniendo hijos sin poder continuar sus estudios, es muy posible que oriente a sus hijos hacia esas metas. Aunque obviamente, no tendrán en cuenta si esos niños desean o no seguir ese camino.
Hacer danza, tocar ese instrumento, estudiar ciencias y no filosofía, o derecho y no veterinaria, suelen ser en ocasiones esos objetivos fijados por alguna madre tóxica que desea que sus hijos cumplan sus sueños no realizados. Ahora bien, si el hijo o la hija opta por no seguir sus deseos y elige el camino contrario, es algo que siempre le echará en cara.
Cualquier elección propia que tomen los hijos, tales como elegir pareja, independizarse de casa o estudiar un área determinada y no otra, son como pequeñas humillaciones que no suelen ver demasiado bien. No obstante, a pesar de existir muchas diferencias en los estilos de educación y crianza, la sobreprotección nunca es saludable. Criar niños inseguros es crear adultos que van a tener que luchar durante mucho tiempo contra sus propios miedos. Deberán demostrarse cada día que son capaces de liberarse de ese cordón umbilical para volar en libertad y en madurez.
Y ahora dinos ¿te es familiar este tipo de características? Si te ha gustado este artículo, descubre también las características de los niños cristal.
Imagen: Anna Radchenko