Una de las figuras más destacadas de la lucha contra a tiranía impuesta por el absolutismo de Fernando VII fue Mariana Pineda (1804-1831). Su protesta, lucha y dignidad ante la falta de libertades la convirtieron pronto en un mito para los liberales del siglo XIX español y en fuente de inspiración de poemas, piezas dramáticas y romances como el que escribiera el gran poeta Federico García Lorca en 1927. Su historia es apasionante y va mucho más allá de ser una mujer ajusticiada por bordar un bandera.
Mariana Pineda: una mujer del siglo XIX
Al igual que muchas mujeres y hombres de aquella época, Mariana fue hija de una pareja que nunca llegó a casarse por la diferencia de condición social, algo que marcaría su vida. Aunque no se conocen las motivos, la madre de Mariana, María de los Dolores Múñoz, dio a luz a Mariana en la ciudad de Granada, siendo ésta la segunda hija de su relación con Mariano de Pineda y Ramírez, capitán de navío. El padre no la reconoció hasta poco antes de morirse y ante la huida de la madre tras apropiarse de uno bienes que él había puesto a nombre de la niña. Sin sus padres, Mariana quedo a cargo de un tío suyo, pasando finalmente a ser criada y bajo la tutela de un joven matrimonio amigo de la familia.
También tuvo un temprano matrimonio, con tan sólo 15 años, con un hombre 11 años mayor que ella, celebrándose la ceremonia casi en secreto dada la condición de ilegítima de Mariana. Mariana y Manuel de Peralta se casaron en octubre de 1819, quedando viuda y con dos hijos tan sólo 3 años más tarde, en agosto de 1822.
Mariana y el liberalismo
Sus primeros años de viudad coincidieron en el tiempo con el paso del Trienio Liberal a la restauración del absolutismo más recalcitrante y represivo. Una etapa conocida como década ominosa, de 1823 a 1833, y que supuso uno de los episodios más negros de la historia de España. Una de las víctimas inocentes de la política represiva de Fernando VII fue la joven Mariana Pineda, ejecutada por la acusación de bordar una bandera con símbolos masónicos para los liberales. Según cuentan sus biógrafos la bandera fue introducida en la casa de Mariana en Granada por alguna de las bordadoras a las que ella había encargado el trabajo y por orden de la policía a fin de tener un motivo par proceder a detenerla. La detención tuvo lugar en el año 1831 y fue el punto final de toda una serie de acciones en las que Mariana había participado a fin de proteger a los liberales perseguidos o liberarlos de la cárcel.
Las pasiones de Mariana
Pero Mariana, además de la pasión por defender la libertad frente a la tiranía del liberalismo, tuvo varios amantes a los que protegió y con los que no pudo llegar a casarse. Casimiro Brodett, un militar, fue uno de sus amores, pero no se casaron al tener que marcharse a Cuba por sus tendencias liberales. También se la relacionó con su primo Fernando Álvarez Sotomayor a quien ayudó a escapar de la cárcel proporcionándole un disfraz de fraile con el que salir de prisión confundido con el resto de los religiosos que acudían a ver a los presos. Después de huir, Mariana lo acogió en su casa favoreciendo su huida hacia Gibraltar. Cuando el alcalde del crimen de Granada, Don Ramón Pedrosa, se presentó en la casa de Mariana, Álvarez Sotomayor ya había vuelto a huir. Otro de sus amores, éste sí confirmado, fue el abogado José de la Peña, con quien se supone pudo estar secretamente casada y con quien tuvo una hija en 1829.
Por otra parte, Mariana parece que también pudo ser el objeto de deseo del alcalde del crimen, el precitado Pedrosa, quien, despechado por el rechazo de Mariana, se habría vengado de la joven extremando el celo en su caso y poniendo las pruebas suficientes como para detenerla y encarcelarla sin hacer nada por detener el proceso y el fatídico desenlace. La investigación documental de las denuncias y pesquisas de la policía evidencian que estaban absolutamente convencidos de que Mariana estaba implicada en la preparación de una insurrección liberal en Andalucía.
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El proceso y ejecución de Mariana Pineda
Mariana Pineda fue detenida el 18 de marzo de 1831 en su casa de Granada. Se la acusó de estar en posesión y haber bordado una bandera con las palabras Igualdad, Libertad y Ley, siendo sospechosa de ser una enseña de alguna rebelión revolucionaria. Pese a la defensa que hizo su abogado, Mariana fue condenada a muerte y ejecutada el 26 de mayo de 1831 sin que nunca delatase a sus compañeros de lucha.
Según cuenta la historia, se había organizado una operación para liberarla, pero no pudo llevarse a cabo y Mariana terminó ajusticiada en el garrote vil. Mariana tenía sólo 26 años y su muerte la convirtió en una de las mártires de la libertad .
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