La historia de Mary Toft la chica inglesa que parió nueve conejos es una demostración de que en todas las épocas ha habido gente a la que no le ha importado exponerse con tal de conseguir fama. A menudo, nos extrañamos al ver en televisión, participando en programas tipo reality, a un sinnúmero de personas a las que no les importa hacer pública su intimidad o que se rían de ellos si así pueden llegar a ser famosos. Nos parece que esto es algo nuevo, que se ha inventado recientemente con la llegada de Internet y de este tipo de emisiones, pero no es así, en el siglo XVIII, en Inglaterra, tenemos a una pionera en estas lides.
Mary Toft la chica inglesa que parió nueve conejos
Los crédulos que no analizan la información suelen ser terreno abonado para los que intentan saltar a la fama, si además nos encontramos en el siglo XVIII, en el que muchas cosas se creían posibles por desconocimiento, no es extraño que se diera un caso como el de Mary Toft.
Mary Toft nació en 1701 en Godalming , Surrey. Se casó a los 19 años y tuvo 3 hijos. En 1726, estando en el campo trabajando junto con otra mujer, sufrió un aborto. Ésta fue a buscar ayuda ya que Mary no se encontraba bien. Cuando regresó con el socorro, Mary les enseñó lo que había salido de sus entrañas: parecían trozos de un gazapo. Alarmados la llevaron a su casa y llamaron al médico local, el Dr. John Howard. Durante los días siguientes la Sra. Toft volvió a parir gazapos, normalmente troceados. En total parió nueve conejos. El doctor, anonadado, compartió la extraña noticia con algunos colegas de Londres, y estos lo hicieron llegar a los periódicos de la época. La explicación que daban es que la mujer durante el embarazo y antes de sufrir el aborto había estado obsesionada con los conejos e incluso antes de que abortase había estado persiguiendo uno por el campo.
Tan famoso se hizo el caso, que el propio rey Jorge I envió a su médico de cabecera para que le informase. El Dr. Nathaniel Saint André creyó a pies juntillas el caso y así se lo hizo saber al monarca. Éste creyendo que tal fenómeno merecía ser investigado a fondo hizo viajar a la mujer a Londres para que la visitaran más médicos. El revuelo en la capital fue tan grande que la gente se apiñaba a la puerta de la casa en que se hospedaba con tal de verla un momento.
Un médico londinense que la examinó, el Dr. Ahler, puso en duda toda la historia ya que creía imposible que un ser humano pariera un conejo. A pesar de la lógica muchos colegas se le pusieron en contra. Mientras, un noble de Godalming, Thomas Onslow, 2do barón Onslow, investigó el asunto y descubrió que el esposo de Mary había estado comprando muchos conejos durante esos días. Como ya eran varias las personas que veían un fraude en el asunto, Sir Richard Manningham la amenazó con realizarle una dolorosa operación para ver lo que ocurría en su interior. Mary, asustada, confesó que después del aborto, ella misma introducía en su útero los trozos de conejo que luego simulaba parir. Los médicos que avalaron el fenómeno vieron como se hundían sus carreras. Interrogada sobre los motivos del fraude dijo que quería conseguir fama y una pensión del rey.
Como veis en todas las épocas han habido personas capaces de cualquier cosa por notoriedad y dinero. Si te ha interesado este artículo, quizá quieras leer La rectoria de Borley la casa más encantada de Inglaterra.