Aproximadamente hace 2,6 millones de años se extinguió una poderosa especie, la más temida de los depredadores marinos que alcanzaba tamaños impresionantes como ningún otro tiburón registrado. Exhibían una apariencia similar, pero mucho más corpulenta a la del tiburón blanco que hoy conocemos.
Eran los reyes de las comunidades marinas de la época Cenozoica, los de los “dientes grandes”, como refiere su nombre científico Carcharodon megalodon. Pero, ¿qué pudo originar la extinción del Megalodón, una imponente bestia vertebrada? Tal vez este nuevo estudio fósil tenga la respuesta al misterio.
Una respuesta al misterio de la extinción del Megalodón
Podía alcanzar una increíble longitud de 18 metros, además de ello, poseía una escalofriante dentadura alargada y filosa de 60 pulgadas de largo, capaz de ejercer una fuerza de mordida de 182.201 newton (10 veces mayor que la de un tiburón blanco y 5 veces mayor de la del Tyrannosaurus rex). Todas estas características que, en teoría, lo aventajaban en supervivencia frente a todas las demás especies, hicieron que la comunidad científica se cuestionara cómo una criatura tan implacable dejó de existir, convirtiéndose la extinción del Megalodón en un gran enigma.
En cambio ahora, un nuevo estudio fósil de la Universidad de Zúrich, Suiza, parece haber hallado la posible causa de su desaparición de la fauna marina. En hipótesis anteriores, los especialistas exponían que un fuerte cambio climático pudo haber tenido incidencia.
Se sospecha que en un evento de transición entre Plio-Pleistoceno, hace 2,6 millones de años atrás, los océanos experimentaron un periodo de altas temperaturas hasta pasar a uno de glaciación extrema, empujando la impresionante extinción de más de un tercio de la megafauna marina, incluyendo al Megalodón.
No obstante, la evaluación fósil más reciente atribuye su desaparición a otros factores. El equipo investigó alrededor de 200 registros de Carcharodon megalodon pertenecientes a museos y bases de datos. A partir de estos recursos, fueron capaces de reconstruir elementos de valor, como la zona de distribución geográfica donde se concentraban en mayor medida estos vertebrados. Asimismo, promediaron la cantidad de Megalodón que pudieron existir para el momento de su desaparición.
Con la extensiva observación concluyeron en un informe publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, que la regresión del nivel del mar en los hábitats costeros (predilectos por estos gigantes marinos) impulsó la disminución de la biodiversidad de las presas del tiburón más grande que ha existido.
De manera que el colapso en el suministro de alimento, sumado a que estos tiburones no podían nadar más lejos en busca de otras fuentes, debido al excesivo desgaste energético que demandaba su enorme tamaño, contribuyó con la muerte masiva del Megalodón.
A esto exponen que pudo sumársele la demasiado creciente aparición de nuevos competidores depredadores, los antepasados del tiburón blanco y las orcas, que también pudo favorecer a la extinción del Megalodón.
Pese a este nuevo aporte que pretende resolver el misterio de la desaparición de este animal, todavía hay quienes aseguran que esta criatura sigue escondida en algún lugar, en lo más profundo del océano. ¿Tú qué opinas de esta versión? ¡Coméntanos!
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