La niña «fantasma» de las postales rusas es un fenómeno reciente con mucho éxito entre las redes sociales y los amantes de los misterios. Ahora bien, hemos de dejar claro desde un principio, que este enigma debe tener detrás una explicación de lo más razonable y sencilla.
Hace muy poco, el museo de historia de Krasnoyark, en Siberia, estuvo restaurando una serie de documentos gráficos de la época zarista, justo antes de la llegada de la revolución. Tenían una exposición proyectada y deseaban renovar todas las postales, fotografías y documentos de esta época tan relevante.
Gracias a las nuevas tecnologías fueron dándose cuenta de que gran parte de las imágenes de las que disponían sobre ese Krasnoyark contenido entre 1899 y 1917 tenía escondida, oculta y casi disimulada a una silenciosa «inquilina». La llamaron la niña «fantasma» de las postales, y en Supercurioso queremos contarte su historia para que nos des tu opinión.
¿Nos acompañas?
El misterio de la niña «fantasma» de las postales rusas
La mayoría de postales estaban muy amarillentas, así que fueron aplicando delicadas técnicas para aportar nitidez a cada detalle, a cada punto de esas edificaciones maravillosas y rostros de la época.
Fue entonces, y a medida que hacían las ampliaciones, cuando se dieron cuenta de que en cada puente, edificio inaugurado, parque, calle o jardín, estaba ella. Esa niña de gesto malhumorado, vestido blanco, paraguas y sombrero. Los técnicos se extrañaron, otros se asustaron y la mayoría, lo vio como un divertido enigma a resolver.
Había un detalle que les asombraba. La niña en cuestión llevaba un atuendo que no variaba a lo largo de los años (tampoco ella cambiaba o aparecía más mayor). El traje en sí era algo «llamativo». Se intuía su alta posición por ese atuendo tan distinguido, tanto, que en ocasiones, desentonaba bastante con el resto de los niños que posaban junto a ella.
Queda claro que no era un fantasma, que los otras personas eran conscientes de su presencia, sin embargo, por su actitud, por su rostro aburrido o molesto parecía estar puesta allí «a la fuerza». Lo primera teoría que se tiene es que, lo más probable es que fuera la hija del propio fotógrafo y que las fechas de muchas postales estén equivocadas. No es posible que haya una diferencia de casi 18 años entre ellas. La niña no aparenta más de 8 o 10 años.
Los expertos dicen que lo más probable es que esas fotos se sacaran entre 1906 y 1908. El que la niña «fantasma» de las postales mostrara siempre el mismo vestido y el mismo gesto es un detalle curioso que nadie puede explicar, pero que tal vez, no tenga mayor misterio.
Es una niña que nunca sonríe, que lleva una larguísima trenza, sombrero, botas altas y un notable «hastío» en su cara. Como ya puedes imaginar desde que las postales y el misterio salió a la luz, se ha intentado buscar a la protagonista o a alguien que conozca su nombre y su posición. La colección de estas postales pertenecieron a un tal Nikolai Grigorovskiy, dueño de una librería de ese Krasnoyarsk anterior a la revolución.
Las iniciales de las postales no coinciden con ningún fotógrafo conocido de la época, así que se piensa que tal vez, quien realizó estas curiosas capturas fue un aficionado, una persona de alta posición que utilizó a su hija de modelo… Y que obviamente, debió hacerlas en el intérvalo de uno o dos años.
Una historia curiosa que deseábamos traerte en Supercurioso para que como siempre, nos des tu opinión y teoría. Mientras, no olvides tampoco recordar nuestro artículo sobre el singular viajero en el tiempo de la fotografía de 1941.