La palabra Gu, en chino, tiene varios significados; entre ellos designa al espíritu de un hombre que haya muerto decapitado y cuya cabeza haya sido clavada en una estaca. También sirve para designar un tipo de gusano, una plaga o a uno de los huesos de los oráculos chinos, cuyo significado es «el poder maligno que tienen los antepasados para causar daño físico y enfermedades a los vivos». Pero, el más extendido es el nombre de un veneno; es el mítico GU, el más mortífero veneno de China.
El mítico Gu, el más mortífero veneno de China
Una de las cosas más curiosas sobre este veneno es su preparación. Se cogen varios animales venenosos como ciempiés, escorpiones, serpientes, araña y sapo y se encierran dentro de un recipiente del que no puedan escapar. Los animales luchan entre ellos y se acaban devorando los unos a los otros. La creencia es que el último concentra en su interior las toxinas de todos los demás. Con esta toxina y siguiendo un ritual mágico se fabrica el Gu.
El Gu se utilizó en la magia negra para crear enfermedades que llevasen a la muerte o para manipular parejas sexuales. Las mujeres Miao y Lingnan eran expertas en fabricar Gu y se decía que podían matar muy lentamente y a una gran distancia, lo que significaba que el veneno era de acción lenta y mataba al cabo de un tiempo: cuando el que lo había consumido se hallaba lejos de su envenenador. El Gu no tiene sabor y sus efectos empiezan a notarse al cabo de 10 días.
Una leyenda sobre las Mujeres de la zona montañosa del sur de China aúna la manipulación de las parejas sexuales y el envenenamiento con Gu. Se decía que a estas mujeres del sur de China les gustaba seducir a los hombre del norte, pero éstos se iban y las dejaban abandonadas. Empezaron a fabricar Gu y envenenaron con él a los norteños. Si el hombre volvía a ellas en el tiempo que había prometido, le daban un antídoto que lo alejaba de la muerte. Si se quedaba en su tierra, moría irremediablemente.
Al parecer esta leyenda fue propagada por los gobernantes chinos, en el siglo XVII y XVIII que eran contrarios a las costumbres liberales de los pueblos Miao y en especial de sus mujeres. El mito del Gu sirvió para atacar a una minoría que era molesta al imperio Chino. Se decretaron muertes terribles para los que utilizaran Gu y los médicos imperiales trabajaron incansablemente tratando de hallar el antídoto al veneno.
Realmente no se sabe si este tóxico existió, pero ha pasado tanto a las leyendas como a la literatura y las películas. Si quieres conocer otros venenos, te recomendamos el artículo de Supercurioso: 3 sustancias super venenosas.