Es posible encontrar los afrodisíacos en las formas más inesperadas. Y hay mitos sobre afrodisíacos que hemos creído, pero ¿serán ciertos? ¡Aquí algunos mitos sobre afrodisíacos!
Mitos sobre afrodisíacos que son alimentos y bebidas
Banana/ Plátanos
Cuando la papa o patata fue introducida a los europeos en el año 1500, comenzó una ola de mitología vegetal y su potencial afrodisíaco. Vegetales como los espárragos, las zanahorias e incluso las cebollas eran considerados afrodisíacos basados únicamente en su forma. Y luego está el plátano, quizás considerado el más fálico de todos.
Pero no sólo por su forma, además de eso, los bananos contienen vitaminas B y potasio, que su cuerpo necesita para producir hormonas sexuales, pero no hay evidencia que vincule su deseo sexual, rendimiento o satisfacción con su consumo de plátano.
Sandía
El mito sobre la sandía siendo afrodisíaca comenzó cuando los científicos descubrieron que la sandía contiene un aminoácido llamado L-citrulina. En su cuerpo, sus riñones lo convierten en L-arginina y óxido nítrico. El óxido nítrico es lo que nos interesa; expande los vasos sanguíneos, y cuando hablas de afrodisíacos, eso es importante porque ayuda a aumentar el flujo sanguíneo. Cuando un pene está fláccido, se contraen los músculos y hay un flujo sanguíneo arterial limitado en el área. Para obtener una erección, debe haber una relajación del músculo liso (llamada vasodilatación) y un aumento del flujo sanguíneo arterial. El óxido nítrico ayuda con la relajación del músculo liso, lo que ayuda a aumentar el flujo sanguíneo arterial en todo el cuerpo, incluso en los genitales.
Ahora bien, sobre el verdadero potencial afrodisíaco de la sandía se conoce muy poco, ya que se desconoce aún la cantidad de sandía o de óxido nítrico obtenido de ella se necesitaría para lograr y mantener una erección.
Aguacate
Los aztecas llamaron a la fruta «ahucatl», que significa «testículo». Y a su vez, una traducción de esa palabra es cómo obtuvimos el nombre de «aguacate». Si te preguntas si era la forma de la fruta o su rumoreada capacidad de hacer grandes amantes, esa respuesta parece haberse perdido a través de los siglos.
Se sabe que el aguacate es un superalimento, que aporta grasa de la «buena» y fibra, pero a pesar de los beneficios para la salud, aún no se ha demostrado que los aguacates causen ningún cambio fisiológico específicamente para liberar al gran amante que lleva por dentro.
M&M’s verdes
Es un mito que tuvo a muchos consumiendo cantidades industriales de M&M’s verdes durante su adolescencia, pero no es cierto. No hay ninguna evidencia científica que respalde esta creencia. Fue por los años 70 y 80 que comenzó el rumor de que comer M&M’s verdes te excitaba; aunque nadie puede estar seguro de cómo o por qué comenzó el mito, podría estar relacionado con la asociación del color verde con la fertilidad a lo largo de la historia.
Alcohol
Las bebidas alcohólicas pueden desinhibirte un poco, pero no mejoran tu rendimiento sexual, quizás sólo te hacen pensar que sí, porque para nadie es un secreto que el alcohol cambia nuestra percepción de las cosas. La forma en que esto funciona es que mientras más bebas, menos posibilidades tendrá de juzgar con precisión si algo es asimétrico y los seres humanos nos sentimos atraídos hacia la simetría, es decir, a mayor alcohol en sangre menor capacidad de juzgar.
De hecho, el alcohol, pasada una sola hora ya puede convertirse en un obstáculo para un encuentro sexual satisfactorio: en las mujeres, el alcohol puede causar sequedad vaginal y en los hombres puede provocar que pierdan su libido y también la posibilidad de conseguir o mantener su erección.
Chocolate
Este es uno de los mitos sobre afrodisíacos más conocidos, y, muy a pesar de lo mucho que queremos que el chocolate sea un afrodisíaco, puede que no lo sea. Esta creencia de que puede mejorar la función sexual se debe a que el chocolate contiene tres estimulantes naturales: triptófano, que el cuerpo usa para producir serotonina (que mejora su estado de ánimo); teobromina, que también eleva tu estado de ánimo; y feniletilamina (PEA), que hace que su cuerpo libere endorfinas que lo hacen sentir como si acabara de enamorarse.
Sin embargo, la mayoría de los científicos consideran que las cantidades de estos químicos en el chocolate son demasiado bajas para tener un efecto fisiológico significativo en la función o satisfacción sexual.
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