Antes del siglo XX no se planteaba contar en la historia, el rol de la mujer en sociedades como la Antigua Roma, en Supercurioso creemos que eso debe cambiar. Por ello antes de preguntarte qué ver en Roma, mejor descubramos la historia de Roma. Te contaremos la historia de las mujeres en la Antigua Roma, hablaremos del rol fundamental que tuvieron y las grandes mujeres que existieron. ¡Acompáñanos!
La importancia de las Mujeres en la Antigua Roma
Los documentos históricos disponibles para conocer la Antigua Roma son amplios y variados. La época romana es un periodo bastante estudiado dentro del campo de la historia; las hazañas y los héroes nunca han faltado, pero… ¿y las mujeres de la Antigua Roma? ¿Dónde están? Muy poco se sabe de ellas, de sus trabajos, sus pensamientos y sus descubrimientos. Hoy te contaremos que sí existieron y que su papel fue muy importante para el desarrollo de esta gran civilización.
Silenciadas en los estudios históricos, las mujeres de la Antigua Roma no fueron objeto de estudio sino hasta finales del siglo XX. Mujeres como Livia, Cornelia, Mesalina o Julia Domna, renacen ahora del olvido para contar su historia ¿Estás preparado para conocerlas?
Las mujeres de clase media en la Antigua Roma
En la antigüedad romana el rol de la mujer se veía fuertemente comprometido en tres aspectos: la mujer honorable, la matrona y portadora de todas las virtudes del hogar. Socialmente las mujeres estaban obligadas a formar un hogar (quisieran o no) pues ellas eran las que podían proveer a la nación hombres para luchar. Las mujeres de la Antigua Roma pertenecientes a la clase popular se casaban prontamente, pues su valor se concentraba en su capacidad de formar una familia.
El propósito del matrimonio era únicamente producir hijos. Piensa que la tasa de mortalidad infantil en la Antigua Roma era sorprendentemente alta, se calcula que incluso hasta el 75%. Las mujeres en la Antigua Roma estaban casi perpetuamente embarazadas. Aun así, una pareja podría terminar sin ningún hijo varón sobreviviente. Como remedio, el esposo podría adoptar un heredero varón, incluso podía ser un adulto, adoptado hasta después de la muerte, tan solo mencionando al elegido en su testamento.
Dado lo importante que era reproducirse en esa época, la infancia de las mujeres se acababa rápidamente. La ley decretaba que podían contraer matrimonio a los 12 años, aprovechando así sus años más fértiles para el ejercicio de la maternidad. Claramente, el mensaje que se enviaba a las niñas romanas era el de su propio futuro y el papel como madre, el logro por el cual las mujeres romanas eran más valoradas.
Por otro lado existía la imagen de la mujer ramera o prostituta (no porque se dedicara a estas labores) sino por su plena intención de no someterse ante los deseos de un hombre. Se les adjudicaba este apelativo por su libre decisión de no seguir las líneas convencionales que la sociedad romana le dictaba. Este tipo de mujeres de la Antigua Roma, no solo eran mal vistas, eran descalificadas y silenciadas ante cualquier tipo de actividad social. Ellas sin embargo, tenían poder sobre sus vidas, no respondían a la voz de un hombre. Estas mujeres «independientes» lograban un grado de libertad económica y manejo de bienes.
En menor grado se sabe que existieron mujeres de la Antigua Roma dedicadas a profesiones, como costureras o artesanas, este tipo de actividades también estaban ligas a clases poco acomodadas y su reconocimiento no ha llegado hasta nuestros días.
El rol de la mujer rica en la Antigua Roma
A diferencia de la élite del mundo griego antiguo, en el que las mujeres casadas se consideraban atadas al hogar, en Roma, las esposas de la élite política podían ser vistas en público, si eran escoltadas. Pero había límites: una mujer romana no tenía libertad para salir sola donde quería ni cuando quería. Ver mundo no era una opción, puesto que las respetables mujeres romanas tampoco viajaban a tierras lejanas.
A pesar de todos estos impedimentos y de sus objetivos reproductivos, eran figuras importantes en la política, casi siempre tras bambalinas. Aunque no podían postularse para un cargo político ellas mismas, podían -y lo hicieron- desempeñar un papel al influir en los resultados de las elecciones. Pinturas murales en Pompeya proporcionan pruebas de que las mujeres instaban a apoyar a ciertos candidatos.
Las esposas de los políticos, por su parte, desempeñaron un papel similar al de las esposas de los presidentes, promoviendo una imagen de «hombre de familia» de sus maridos para el público en general. La mayoría de los emperadores romanos transmitieron imágenes idealizadas de sí mismos con sus esposas, hermanas, hijas y madres por todo el imperio. Las monedas y los retratos escultóricos fueron diseñados para presentar la «primera familia» de Roma como una unidad armoniosa y unida, sin importar cuál fuera la verdad y las féminas eran parte esencial de ella.
Mujeres importantes de la Antigua Roma
Los relatos, los mitos, la literatura y el arte en general nos ha creado una imagen de que las mujeres poderosas de la historia no son buenas, por el contrario tienen adjetivos como: manipuladoras, embaucadoras, crueles, caprichosas, sin corazón… La «perversidad» femenina tiene un halo sutil de labios susurrantes y el olor de un buen perfume.
Las mujeres de la Antigua Roma fueron reales, algunas de ellas llegaron a ser muy poderosas. Fueron regentes, emperatrices, reinas, cortesanas que hicieron un particular uso del poder. A lo largo del Imperio Romano, ciertas mujeres, trascendieron sus tradicionales dominios del ámbito del hogar y la familia. Surgieron por varios motivos al espacio público, rompieron un esquema tradicional. Se podría decir que son una especie de femme fatale. Te contaremos sobre el rol de la mujer en la Antigua Roma a través de las más poderosas en su historia.
1. Julia Domna, la emperatriz filósofa
Iniciamos nuestra lista de mujeres poderosas de la Antigua Roma, con Julia Domna. Si bien no hay registro de su educación, se especula que estuvo expuesta a muchas ideas desde una edad temprana debido a la posición de su padre, por lo que es conocida como una respetada filósofa de la Antigüedad.
Esta mujer fue esposa del general romano Lucius Septimius Severus, que pocos años después se convirtió en el emperador de Roma. Con esto, Julia se convirtió en una de las mujeres más influyentes del Imperio Romano y más tarde glorificada como una divinidad. Como emperatriz, Julia fue célebre por su influencia política, social y filosófica. Al morir su esposo, ella fue la primera emperatriz en recibir el título de «Pia Felix Augusta», que es el titulo con mayor poder que ninguna emperatriz había gozado.
2. Cornelia, la gran matrona romana
Hija de un famoso general llamado Publio Cornelio Escipión, nace en el año 189 a. C. en el seno de una familia acomodada. Cornelia se casó con tiberio Graco cuando tenía 17 años. Esta mujer fue reconocida por ser una mujer de la Antigua Roma culta e inteligente, enseñó a sus hijos: Tiberio, Cayo y Sempronia las ideas humanísticas helenísticas que defendían el apoyo a las clases populares. El rol de esta mujer en la Antigua Roma fue fundamental para establecer un gobierno más justo.
3. Livia, la mano derecha del emperador
Con la llegada de Octaviano al poder, se marcó un punto de inflexión en el Imperio Romano. Empezaba la era de la diplomacia, las habilidades negociadoras y la sutileza. Esto constituía el sueño para las mujeres de la Antigua Roma, en especial para una mujer como Livia Drusilia: inteligente y de carácter duro como el acero. Livia consiguió que Octaviano se fijara en ella.
Intervino activamente en la política, siendo considerada la mano derecha de Octaviano ahora llamado Augusto; ella se encargaba de administrar las finanzas y ser la consejera del emperador. Si hubiera que citar una de las mujeres de la Antigua Roma por romper esquemas mentales de su tiempo, esa sería Livia.
4. Agripina, la historia de una ambición
Agripina cumplió uno rol esencial como mujer de la Antigua Roma, fue una de esas mujeres que enfrentó todo lo que la vida le deparara. Fue desterrada por su hermano, el emperador Calígula y se había visto obligada a casarse con Dominicio Enobarbo, con el que tendría un hijo que más tarde se convirtió en emperador de Roma: Nerón.
Las historias de sus relaciones amorosas son caóticas, muchas de ellas fueron por la búsqueda del poder. Agripina terminó casada con su tío Claudio quien fue el emperador después de la muerte de su hermano. Ella convenció a Claudio para que adoptara a Nerón y lo consiguió. Tras la muerte de Claudio, Nerón obtuvo el poder; Agripina utilizaba a su hijo para controlar el imperio. Finalmente su hijo, cansado de ella la mandó a matar.
5. Mesalina y su libre sexualidad
Valeria Mesalina fue la tercera esposa del emperador Claudio, esta mujer de la Antigua Roma fue célebre por su belleza y por vivir su sexualidad como le placía. Mesalina tuvo una gran influencia política en las decisiones que tomó su marido mientras fue emperador. Según la imagen que transmiten los historiadores antiguos, Mesalina siempre dio rienda suelta a su desenfreno sexual.
Citaba en el palacio a varios amantes y obligaba a mujeres de familias prestigiosas a prostituirse enfrente de sus maridos a cambio de encargos en la ciudad. Algunos historiadores contemporáneos suelen afirmar que muchas de las historias de Mesalina están exageradas, pues a través de esta imagen, los antiguos podían desacreditar el gobierno de Claudio. Aunque nunca sepamos qué fue lo que realmente pasó con Mesalina, muchos aseguran que su comportamiento se debe también a un control por el poder.
Como ves, las mujeres de la Antigua Roma fueron importantes para la construcción de la moral, los principios, las leyes e incluso la decisión de quién se convertiría en el próximo emperador. El rol de la mujer en la Antigua Roma fue trascendental para que el Imperio Romano reinara por tanto tiempo. Si quieres saber más, te recomendamos leer la leyenda de Rómulo y Remo.