Los estudios realizados en sociedades primitivas respecto a sus preferencias al buscar pareja han dado como resultado que éstas preferían buscar nuevos vínculos fuera de grupo social/familiar de procedencia. Es decir, mayoritariamente se alejaban de lo que entendemos como incesto. Sin embargo, existen algunas excepciones a esta prohibición prácticamente universal: Nahienaena y Kamehameha, el incesto entre los reyes de Hawai.
Nahienaena y Kamehameha
Cuando llegaron a Hawai los primeros navegantes e hicieron una descripción de sus costumbres, resaltaron el hecho de que si bien el incesto estaba prohibido para la población en general, era costumbre que lo practicaran los reyes. Estos observadores recalcaron que para ellos no era pecado, sino que incluso era alentado por la familia. La sociedad hawaiana estaba muy estratificada y para que el futuro rey no perdiera categoría social, se consideraba que debía ser el fruto de dos personas de la familia real. Curiosamente, el rango social de la madre era en este caso más importante que el del padre, sobre el que prevalecía.
La palabra incesto no existía en lenguaje hawaiano y estas uniones que practicaba la realeza se trataban con gran respeto. Si el matrimonio entre hermanos reales daba fruto, el niño resultante tendría el mas alto rango posible, únicamente equiparable a un dios.
El primer contacto con las islas de Hawai fue llevado a cabo por el capitán James Cook en 1778. Sobre el año 1820 llegaron los primeros misioneros cristianos y su influencia cambió muchas costumbres de la sociedad hawaiana. El incesto que practicaba la familia real, empezó a verse de una manera diferente. En 1927, la que había sido una historia de amor perfectamente aceptada e incluso alentada, pasó a ser una vergüenza y su protagonista femenina sufrió el ostracismo social por un comportamiento que antes hubiera sido alabado. Conozcamos la terrible historia de Nahienaena y Kamehameha.
La princesa Nahienaena nació en Hawai en 1915. Tenía dos hermanos mayores Liholiho y Kauikeaouli y desde su más tierna infancia se enamoró de Kauikeaouli que más tarde se convertiría en Kamehameha III. La influencia de los misioneros en la isla fue tan grande que ambos hermanos intentaron compatibilizar sus creencias ancestrales con las nuevas costumbres y la nueva religión que trajeron los misioneros. A pesar de estar enamorados, ambos se comprometieron con personas fuera del círculo familiar, pero antes de contraer estos matrimonios consumaron su amor. Este hecho fue alentado por las personas más tradicionales cercanas a la realeza que pensaron que el fruto de esa unión sería el nuevo rey.
Nahienaena quedó embarazada, pero los misioneros al saberlo organizaron una campaña de desprestigio que llevó a toda la sociedad a rechazarla. A pesar de que contrajo matrimonio con el hijo del jefe de otra tribu, no fue perdonada y dio a luz un niño que su hermano Kamehameha proclamó como su heredero. Desgraciadamente, el bebé murió a los pocos días. Nahienaena nunca se recuperó y falleció 3 meses después de una enfermedad que los médicos no supieron identificar.
A pesar del rechazo innato que produce el incesto, la historia de Nahienaena y Kamehameha no puede dejar de entristecernos. Si te ha interesado esta historia, quizá quieras leer el post: