Nikola Tesla define por sí mismo la palabra “visionario”, pero hoy en día es un habitante más del Olimpo del Olvido, donde sólo queda la leyenda y una sombra entretejida entre el mito y la sugerente extrañeza.
Pocos saben que sus trabajos, sus descubrimientos, merecieron ese premio Nobel que se le negó por sus rivalidades con su némesis, Thomas Edison, y que su aventajada mente llegó a inventar casi 1600 dispositivos, que hoy en día forman parte indispensable de nuestra cotidianidad.
Nikola Testa fue un auténtico señor del tiempo: vivió un presente en el que tejió las bases de un futuro espectacular y lo que es mejor, sólo una cosa pudo superar el universo infinito de su inteligencia: su corazón.
Los orígenes de un genio croata que emigró a América
Hijo de padres serbios y con cuatro hermanos, Nikola Tesla se interesó muy tempranamente por la ingeniería eléctrica. Se dice que a pesar de haber iniciado sus estudios en la universidad de Graz, no llegó a graduarse, y es que las mentes inquietas siempre ven demasiados obstáculos a las formalidades académicas, sus capacidades intelectuales eran algo realmente inusual. Conocida era, por ejemplo, su memoria fotográfica y su pensamiento visual, jamás utilizó papel y lápiz, sus inventos aparecían de pronto en su cerebro y Nikola Tesla únicamente se limitaba a seguir los patrones de esas extrañas “improntas”.
Tras viajar a Francia y trabajar para la Continental Edison Company como ingeniero, decidió trasladarse a E.E.U.U. para colaborar con el propio Thomas Edison y mejorar su famoso generador. Ahí empezaron las desavenencias entre ambos, Nikola Tesla era un joven inusualmente aventajado, tanto, que en poco tiempo empezó a crear algo que denominó “Rayos X”…
No tardó tampoco en alzar su propio laboratorio, su palacio de privacidad y maravillas, ahí donde inició sus experimentos con la resonancia mecánica y aquellos monstruos gigantes en forma de osciladores electromecánicos, o donde levantó esa maravillosa torre de alta tensión para demostrar que era posible suministrar energía eléctrica sin cables y gratuita.
Los proyectos y los descubrimientos fueron miles…
… y cada cual aún más espectacular. Pero su carácter también era muy singular: siempre se negó a compartir sus logros con la comunidad científica. Su principal preocupación era dotar de energía al mundo sin que las personas tuvieran que pagar, energía libre para evitar que personas o compañías, se erigieran como dueñas y señoras del mundo.
Todo un visionario. Todo un caballero de exquisita nobleza al que, tras su muerte, se le etiquetó de loco excéntrico con tal de dejar en el olvido sus éxitos y descubrimientos…
Peculiaridades de Nikola Tesla
¿Cuáles eran los rasgos únicos que identificaban a un genio como Tesla?
-Visión de futuro
No sólo Julio Verne anticipó muchas de las cosas que más tarde se cumplieron: máquinas voladoras, artefactos submarinos… Nikola Tesla fue más allá y habló del concepto “abejas reinas”, haciendo referencia a un momento social que no tardaría en llegar donde las mujeres, demostrarían sus habilidades intelectuales creando en el futuro una civilización perfecta.
-Hiperpolíglota
Nikola Tesla hablaba nada más y nada menos que ocho idiomas a la perfección.
-Obsesión por el número 3
Solía dar tres vueltas a los umbrales de las puertas antes de entrar, pedía siempre 18 servilletas (divisible por 3) para pulir sus vasos y cubiertos antes de comer. Murió tres días antes de su 87 cumpleaños en la planta 33 del New Yorker.
-Impoluta apariencia
Era muy meticuloso con su ropa y aspectos físico, e igual que lo era para sí mismo, lo exigía para sus ayudantes.
-Celibato
Se solía decir que Nikola Tesla era un hombre realmente atractivo para las mujeres, pero él siempre prefirió tenerlas al margen para evitar distracciones y conseguir que sus habilidades intelectuales, fueran de provecho para la humanidad.
-Afición por las palomas
Sentía debilidad por estos animales alados, cada día acudía a un parque para relajarse viendo sus movimientos. Cuando se encontraba alguna herida no dudaba en recogerla y pagar grandes cantidades de dinero para que las curaran, creando incluso dispositivos ortopédicos para los huesos rotos de las palomas.
Como podemos ver, la singularidad a veces lleva de la mano a la extrañeza, pero a los grandes hombres se les juzga no solo por sus hechos, sino también por sus intenciones, y Nikola Tesla siempre soñó con un mundo mejor donde todos pudieran beneficiarse de sus descubrimientos de forma gratuita. Por desgracia, no pudo ser.
De nosotros depende sacar de la penumbra a este hombre que vivió rodeado de luz, de destellos, chispas y gigantescas bovinas eléctricas…
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