Al oír las palabras niños soldado se nos viene inmediatamente la imagen de los niños soldados en África, Colombia o Afganistán, que según datos de Amnistía Internacional podrían ser más 300.000 los niños que en estos momentos se encuentran entre las filas de alguna contienda, aunque desde 1989 exista el Artículo 38 de la Convención de Derechos del Niño por la que los estados participantes se comprometieron a velar y proteger la vida de los niños durante los conflictos tos bélicos, eximiéndoles de participar de ninguna manera en los mismos. Una práctica que por cruel y despiadada que nos pueda parecer, tiene múltiples precedentes a lo largo de la historia que a continuación recordaremos.
Niños soldado en la Guerra Civil Americana
Uno de estos horribles precedentes lo encontramos entre las tropas que se enfrentaron en la Guerra Civil Americana, donde se estima que pudieron participar un porcentaje de 1 niño por cada 5 adultos, de los cuales al menos 100.000 eran menores de 15 años y no se sabe con exactitud cuántos serían incluso menores de 8 años.
Muchos de estos pequeños perdieron la vida en esta batalla y los pocos que lograron sobrevivir quedaron psicológicamente marcados por esta terrible experiencia. Como fue el caso de Edward Black, que con solo 8 años de edad se convirtió en soldado para el 21º regimiento de Infantería de Indiana que combatía para bando de la Unión. Aquí el pequeño hacía las funciones de baterista para dirigir las tropas con lo que, al igual que otros muchos niños soldado, se convertía en el blanco perfecto del enemigo para desorientar y confundir al contrincante.
Así, durante la Batalla de Baton Roge, Edward cae prisionero de los Confederados que lo mantuvieron encerrado varios años en una isla del Golfo de México hasta que los ejércitos de la Unión conquistaron la isla y lo pusieron en libertad. Fue entonces cuando el joven pudo volver a su casa en Indianápolis, donde moriría con apenas 18 años de edad a consecuencia de los traumas físicos y psicológicos sufridos en la guerra.
Otra trágica historia es la de Edwin Francis Jemison que luchó para los Confederados en el 2º de Infantería de Luisiana con solo 16 años de edad, junto a los cuales lucharía en las batallas de Yorktown en Virgina, y la de Malvern Hill en 1862 la segunda batalla con mayor número de víctimas mortales, después de la de Antietam, donde perecieron unos 5.500 soldados confederados, entre los cuales el jovencísimo Jemison cuando sólo le faltaban unos meses para alcanzar los 18 años de edad.
Como decíamos de esta masacre fueron pocos los niños que consiguieron salvarse no obstante hubo alguna excepción digna de mención, por el coraje, entereza y madurez demostrados no solo en batalla sino posteriormente para lograr superar los horrores vividos como fue el caso de John Lincoln Clem que se alistó al 3º Ohio para la Unión con solo 10 años como baterista y llegó a ser General de Brigada rango con el que se jubiló en 1915.
Esperemos que el recuerdo conciencie a todo aquel que no respeta el Artículo 38 de la Convención de Derechos del Niño.
Imágenes: National Archives, gcsu.edu, childrensmuseum.org, wikipedia