En la vida adulta, los problemas y el estrés suelen repercutir en nuestra calidad del sueño. Claro, también es cierto que hay factores hormonales y hasta ambientales que pueden ocasionar privación del sueño o dificultad para dormir, así como mala calidad de sueño. Sin embargo, aunque podría parecer bastante lógico que aquel que no duerme las ocho horas que se necesitan, está falto de sueño, a veces no llega a ser tan obvio cómo esto les afecta en su vida diaria. Por eso, aquí algunas señales de que no estás durmiendo bien.
¡Pendiente! Signos de que no estás durmiendo bien
Estás bajando tu productividad en el trabajo
De acuerdo con investigaciones, un signo de que estás durmiendo mal es ver cómo empeora tu productividad laboral. Dormir mal baja tu capacidad y efectividad en el trabajo entre un 25%-30%. Así que si este es tu caso, debes estar alerta a las situaciones que pueden estar provocando tu falta de sueño.
La productividad se ve afectada principalmente por dos factores: porque estás cansado en el trabajo y/o tu cerebro no consigue centrar plenamente su atención, y por faltar al trabajo debido a que el dormir mal debilita el sistema inmunológico, lo que hace más fácil la aparición de resfriados.
Te resulta difícil pensar con claridad
La privación del sueño tiene un impacto notable en el funcionamiento cognitivo, limitando el pensamiento innovador, reduciendo la capacidad de memoria de trabajo en un 38%, y aumentando la incidencia de falsos recuerdos.
Haces decisiones impulsivas
De acuerdo con los expertos, al tener privación del sueño, se incrementa la ingesta de alimentos y también se suprime la capacidad de resistir los antojos de los alimentos.
Por lo general, estas personas con falta de sueño tienden a preferir aquellos alimentos accesibles de gran contenido calórico, que en realidad no ayudan a reponer su energía.
Te sientes muy estresado
Hay una relación estrecha entre el sueño y el estrés: si no estás durmiendo bien te estresas más, se altera tu humor, y si te estresas de nuevo, pues, la consecuencia será intranquilidad y dificultad para conciliar el sueño.
Pero el sueño y el estrés también interactúan en la otra dirección: durante el día, después de una mala noche de sueño, es mucho más probable que percibas las experiencias como estresantes, lo que puede ocasionar que estés más distraído en tus tareas.
Tienes menos energía
Si sientes la necesidad de tomar siestas, es una clara señal de que no duermes lo suficiente por la noche. Si duermes durante el día, es probable que no puedas evitar estar despierto por la noche, y esto sólo empeorará tu ciclo de sueño.
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