¿Eres de aquellas personas que no resiste el chasquido que hace alguien al comer, que se irrita con el sonido de un bostezo, con el ruido que se hace al sorber un líquido o el producido por un ataque de tos? Tal vez poseas una personalidad neurótica o un carácter irritable y algo antisocial, o quizás se trate de algo físico, que no puedes evitar y que desde principios de este milenio tiene nombre: misofonía.

¡NO hagas ese ruido! ¿Padeces misofonía?

Se denomina misofonía a la incapacidad para soportar ruidos como los antes mencionados, que se hacen sumamente irritantes y terminan por generar ira e incluso actitudes violentas. Puede estar asociada a otros trastornos psiquiátricos como los trastornos obsesivo-compulsivos o el estrés postraumático, pero también presentarse sola. Estas reacciones tienden a generar malestar en el afectado y en los que lo rodean, favoreciendo su aislamiento social y un fuerte sentimiento de culpa, pues suele presentarse especialmente con personas pertenecientes al entorno del afectado, familiares y amigos.

Misofonía-1

Se trata de un mal cuyos efectos pueden ir incrementándose hasta el punto de hacer que los afectados comiencen a tener respuestas agresivas antes de presentarse los ruidos molestos.

Fueron los investigadores y esposos Margaret y Pawel Jastreboff, de la Universidad de Emory, quienes en 2002 crearon el término misofonía (odio o fobia a determinados sonidos) y definieron este mal como una perturbación neurológica. Experimentos realizados posteriormente, como el de Arian Schröder, de la Universidad de Ámsterdam, han confirmado algunos elementos de esta enfermedad, aunque sigue la discusión acerca de si se trata de una enfermedad neurológica o de un trastorno psiquiátrico.

La misofonía no debe confundirse con otra enfermedad, la hiperacusia, en la que los pacientes sufren dolor a causa de sonidos aparentemente inocuos para la mayoría. Los investigadores creen que cada uno de estos males afecta áreas distintas del cerebro.

Volviendo a la misofonía, todavía no existen tratamientos médicos con fármacos, sólo terapias para que pacientes y familiares puedan manejar la situación. Estas terapias no eliminan la enfermedad, sólo ayudan a hacerla más llevadera.

Pero ya el hecho de ser reconocida como enfermedad ha constituido un alivio para los que la padecen, pues creían estar volviéndose locos o ser malas personas. Actualmente hay páginas y grupos de apoyo en varios países, y una mayor comprensión hacia los afectados por esta curiosa afección, menos rara de lo que se podría creer.

¿Conoces a alguien cercano con síntomas parecidos a los de la misofonía? Recuerda que puedes compartir tus opiniones con nosotros, y te invitamos a leer 5 de las enfermedades mentales más extrañas.