Lo que fue concebido como un sitio agradable para acoger a quienes sufrían trastornos mentales durante el siglo XIX se convertiría en la casa de los horrores para dichos pacientes con la posterior llegada de un doctor de ideas obsesivas y convencido de la utilitdad de prácticas brutales para mejorar la salud mental. Esta es la historia del Hospital Psiquiátrico de Trenton, en Nueva Jersey. ¡Te lo contamos!
La Oscura historia del Hospital Psiquiátrico de Trenton
El campus del Hospital Psiquiátrico de Trenton es un edificio de ladrillo en ruinas, escondido detrás de la actual modernidad de la ciudad de Nueva Jersey.
Un edificio cuyas estructuras están al punto del colapso, por lo que se decidió prohibir el acceso a él. Algo que no impide que su figura sirva como un recordatorio implacable de un pasado inquietante y que muchos preferirían olvidar, del que fue el primer hospital mental de esta ciudad de Estados Unidos.
El Hospital Psiquiátrico de Trenton, originalmente el «Asilo de Lunáticos» del Estado de New Jersey, fue fundado en 1848 por la defensora de la salud mental Dorothea Lynde Dix. Este sitio se convirtió en la primera institución pública en emplear el Plan Kirkbride, que promovió la privacidad de los pacientes y un ambiente acogedor, naturalmente iluminado. Muy diferente a lo que se vivía en otras instituciones, como te hemos contado en anteriores ocasiones.
En 1907, el Dr. Henry Cotton se convirtió en el director médico del hospital. Este hombre inicio su gestión con programas de terapia ocupacional y eliminó las restricciones mecánicas que eran ampliamente utilizadas para someter a los pacientes.
Lamentablemente, el punto de vista de Cotton sobre los pacientes y la salud mental pronto convirtió el centro en un hospital de horrores. El doctor no tan bueno como parecía, creía firmemente que las infecciones eran la causa de todos los trastornos mentales. Basándose en esa teoría, empleó la cirugía como forma de tratamiento. Así que se convirtió en una practica rutinaria mutilar a los pacientes del hospital; arrancarles los dientes y vesículas biliares, estómagos, colon, testículos y ovarios. Según los informes, Cotton prestaba especial atención al lado derecho del intestino grueso, que creía era la fuente de los «impulsos depravados»
Cotton afirmó haber logrado tasas de curación cercanas al 90% durante su permanencia, pero su número de muertes fue espeluznantemente alto. Y lo que es peor, la mayoría de sus víctimas -sí, víctimas más que pacientes- fueron arrastradas contra su voluntad a la sala de operaciones, siendo plentamene conscientes de lo que el doctor planeaba hacer con ellas.
Cuando el Dr. Cotton murió en 1933, los restos de sus sádicas prácticas del Dr. Cotton continuaron en marcha bien entrada la segunda mitad del siglo XX. Por suerte, pasados los años, el Hospital Psiquiátrico de Trenton abandonó sus métodos brutales y ciertas alas del complejo fueron abandonándose, hasta quedar como lo que hoy se puede ver en un edificio con una historia terrible de abusos, de los que quienes los sufrían no se podían defender.
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