Como todos sabemos, el amor y el matrimonio no siempre han ido de la mano; el amor tal y como lo concebimos en Occidente, si le creemos a Octavio Paz, es prácticamente un “invento social” desarrollado entre los siglos X y XII y nada tenía que ver con los matrimonios, que generalmente eran concertados, forzados o por conveniencia, contratos para establecer alianzas políticas, sociales o de mera supervivencia.
El matrimonio por amor comenzó a generalizarse a partir del siglo XVIII, pero actualmente muchas uniones en el mundo siguen dándose por razones distintas a la atracción física y emocional.
Esta coexistencia de diversos modelos de relaciones de pareja que básicamente podría reducirse a dos, por amor o por conveniencia, ha estimulado discusiones y estudios comparativos sobre cuál de ambas opciones es mejor, sin haber alcanzado resultados concluyentes; aunque un estudio reciente, realizado con pájaros, apunta a favor de una de estas opciones.
El amor a vuelo de pájaro
Los investigadores del Instituto Max Planck de Ornitología, en Alemania, diseñaron un experimento con pinzones cebra, unos pájaros australianos que se han utilizado antes para estudios de fidelidad, por el parecido que tiene su conducta con la de los seres humanos.
Los investigadores dejaron que 20 pinzones hembras eligieran entre 20 pinzones machos, luego dejaron 10 parejas con su elección mientras que en las otras diez se intercambiaban los machos, creando parejas “forzadas”, y posteriormente se les hizo seguimiento mientras hacían nido, se reproducían y hacían vida “conyugal”.
Éstos fueron los resultados:
- Las parejas “por amor” tuvieron un 37% más de pichones supervivientes que las parejas forzadas, mientras éstas últimas además tenían un mayor porcentaje de huevos no fecundados (indicativo además de menos sexo).
- Murieron más pichones después de la eclosión, en las primeras 48 horas, en las parejas forzadas. En cambio, en las parejas “por amor” hubo mayor atención en el cuidado de los pichones.
- Hubo muchísimos menos casos de infidelidad en los pinzones felizmente emparejados, y pudieron observarse en éstos más manifestaciones de ternura.
Las conclusiones que se derivan de este estudio apuntan a que el emparejamiento por amor podría ser una estrategia evolutiva exitosa en las especies donde es la hembra la que elige, y no la religión, el estado o el dueño de la propiedad.
Sin embargo, aún es una realidad impuesta en muchas culturas, donde además la edad de las esposas es notablemente corta.
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