La historia está llena de episodios que narran las aventuras amatorias de reyes y nobles de todos los países. Las cortes de los reyes franceses de los siglos XVII y XVIII son un buen ejemplo de estas. Entre las curiosidades que rodean a estos monarcas encontramos un caso especialmente deleznable: El Parque de los Ciervos, el burdel particular de Luis XV.
El Parque de los Ciervos, el burdel particular de Luis XV
Lluis XV reinó en Francia entre los años 1715 y 1774. Fue coronado rey del país a los 5 años sucediendo a su bisabuelo Luis XIV. Se mantuvo alejado de la política y se dice que en su reinado se sentaron las bases para la Revolución Francesa. Uno de los aspectos más criticados de su reinado fue el continuo desfile de amantes que lo mantenían prácticamente al margen del gobierno efectivo del país.
En 1725 lo casaron con la princesa polaca María Leszczyńska. Los primeros años de matrimonio fueron felices y los monarcas se tenían una gran confianza. En 10 años le dio 10 hijos, pero al parecer el deterioro físico de tanto embarazo fue alejando al rey, que empezó a rodearse de amantes que cada vez tenían más poder en la corte de Versalles. La reina, harta de la situación y considerando que había cumplido con creces sus obligaciones lo alejó de su vida y se concentró en sus hijos y en la religión.
En 1745, Luis XV conoció a Jeanne-Antoinette Poisson que sería su amante durante mucho tiempo y a la que nombró Marquesa de Pompadour. Ella fue la que inauguró en el «Parque de los Ciervos» el burdel privado del rey. Al hacerse mayor y dejar de complacer al monarca ideó esta «distracción» para no perder influencia con el soberano. La Pompadour le proporcionaba amantes jóvenes. Primero fueron viudas de oficiales y después chicas de entre 14 y 16 años que reclutaban sus ayudantes incluso en las calles. La única condición es que fueran hermosas y jóvenes.
El «Parque de los Ciervos» era una zona de la ciudad de Versalles que se habilitó como residencia para la guardia que servía al soberano. En ella se instaló la mansión donde vivían las muchachas cuya única finalidad era la de satisfacer los deseos reales. Luis XV solo tenía relaciones con chicas muy jóvenes ya que temía contraer la sífilis.
Madame Pompadour se encargaba de que ninguna de las jóvenes le hiciera sombra. Existía un intendente encargado de «los pequeños placeres del rey» y de que si alguna de las favoritas quedaba embarazada, fuera rápidamente casada con un oficial que recibía una buena dote por su desposorio. Se calcula que por la casa pasaron cerca de 1.000 muchachas. Cada semana entraban dos chicas nuevas y salían dos de las antiguas.
Debido a este suceso, en Francia se utiliza la expresión «Parc-aux-cerfs» para referirse a un burdel. Por estos y otros excesos´ no es de extrañar que, años más tarde, triunfara la revolución. Si te ha interesado este artículo, quizá quieras conocer 5 secretos de la prostitución ocultos en la Olympia de Manet.