Las impresoras 3D están empezando a entrar en nuestras vidas y parece que serán útiles para muchísimas cosas. La impresora 3D realiza réplicas de diseños en tres dimensiones creando piezas con volumen a partir de un diseño hecho tanto por ordenador como recogido por un escáner 3D o descargado de Internet. Entre los usos actuales están la automoción, la industria o la alimentación, pero hay uno que destaca y en la que hay muchos científicos están trabajando: la utilidad médica. Se investiga para utilizar las impresoras 3D en prótesis, trasplantes y para reproducir órganos con células vivas, entre otras cosas. El caso que nos ocupa tiene como protagonista este interesantísimo y nuevo campo científico, el de las impresoras 3D y a Patches, el perro salvado gracias a una de estas impresoras. Acompáñanos a conocer su historia.
Patches, el perro salvado gracias a una impresora 3D
En Septiembre de 2018 se llevó a cabo una operación que salvó la vida de Patches, un perro salchicha canadiense de 9 años de edad. El can sufría un tumor cerebral y con la ayuda de la impresora 3D le reconstruyeron el cráneo.
Patches acudió como paciente a visitarse con la veterinaria oncóloga quirúrgica del Colegio de Veterinarios de Ontario de la Universidad de Guelph, en Canadá, la doctora Michelle Oblack. Patches tenía un gran y peligroso tumor canceroso cerebral que había deformado completamente su cabeza. No tan solo le presionaba el cerebro y uno de sus ojos, sino que también le impedía levantar la cabeza completamente debido al peso. La doctora vio que al extirpar el tumor, necesariamente deberían extirpar una parte del cráneo. Normalmente, los médicos y veterinarios dan forma a una malla de titanio sobre el punto que debe cubrir, pero eso implica mucho tiempo en el quirófano y aumenta el riesgo para el paciente. Para obviar ese riesgo, la doctora Oblack pensó que la solución estaba en la nueva tecnología 3D.
Con la ayuda de un ingeniero del «Centro de Diseño de Manufactura y Tecnologías Avanzadas de Sheridan College» crearon un modelo 3D de la cabeza y el tumor del perro y una prótesis de titanio que encajaba perfectamente con el hueco que presentaría el cráneo de Patches una vez extirpado el tumor. Fue la primera vez que se realizaba este procedimiento en América del Norte y ha marcado un gran avance en la investigación del cáncer, no solo en el campo veterinario, sino también en la medicina humana. Con este sistema se reducirá la necesidad de modelar el implante en la sala de operaciones reduciendo el riesgo para el enfermo al acortar el tiempo de la anestesia. Desde luego, Patches tiene ahora un aspecto estupendo y seguro que está ya totalmente recuperado.
Además de la magnífica noticia de la curación de Patches, la experiencia abre nuevas posibilidades a realizar operaciones similares en humanos. ¿Qué te parece la nueva medicina que nos llega a través de las impresoras 3D? ¿Conocías el caso de Patches? ¿Sabes de algún otro similar? ¡Compártelo con nosotros! Si te ha interesado este artículo quizá quieras leer el post Una impresora 3D ayuda a andar a un cachorro sin patas, en la que una de estas impresoras también colaboró para facilitara la vida de una valiente mascota.
Imágenes: Universidad de Guelph, Ontario, Canadá.