No había ocurrido antes, pero podría volver a pasar. Sabíamos del peligro que encierran las ventosidades de las vacas, que además de contribuir de manera extraordinaria al calentamiento global, pueden incendiar una granja. La causa es que están compuestas por una gran proporción de gas metano. La noticia que ha trascendido hace unos días, tiene un fundamento similar: un pedo incendia un quirófano en Tokio. ¿Cómo es posible?
Un pedo incendia un quirófano en Tokio. ¿Cómo es posible?
En el Hospital Médico Universitario de Tokio, el pasado 15 de abril, ocurrió un suceso extraordinario pero que podría volver a pasar. A finales de octubre se publicó el informe final sobre lo acaecido en la sala de operaciones del hospital. La conclusión fue que una ventosidad de la paciente que estaba siendo operada provocó un incendio y éste le causó graves lesiones.
La paciente era una mujer de unos 30 años que estaba siendo operada de un problema ginecológico. En la intervención se utilizó un láser para actuar sobre el cuello uterino, que es la parte inferior del útero. Todo seguía su curso normal en la operación cuando, en un momento, gas intestinal (un pedo o ventosidad) de la paciente se coló en la zona que estaba siendo operada con el láser y éste provocó la ignición de gas.
Se incendiaron las sábanas quirúrgicas y la mujer sufrió graves quemaduras, especialmente en la cintura y las piernas. Un equipo ajeno al hospital estudió el caso por si hubiera habido alguna negligencia y en el quirófano se encontrase algún tipo de material inflamable. No fue así y el informe concluyó que no había nada inflamable y que el instrumental utilizado era el correcto. La única explicación posible era la de la ventosidad inflamada.
Los gases intestinales humanos están compuestos por nitrógeno, hidrógeno, dióxido de carbono, metano y oxígeno. Según los expertos tanto el metano como el hidrógeno son inflamables, por lo que efectivamente es posible que se enciendan con fuego. Sin embargo, se han hecho estudios y únicamente una de cada tres personas expulsa metano en sus ventosidades. El caso del quirófano de Tokio es completamente inusual, así que no debemos sentir temor por este tema si hemos de ingresar por algún tipo de cirugía con laser.
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