El péndulo de Foucault podría definirse como un aparato fantástico que logró demostrar el movimiento de la tierra en un contexto donde los viajes espaciales estaban todavía bastante lejos. Tuvo su aparición estelar a finales del siglo XIX, y hoy en día es rememorado por la grandiosa novela del italiano Umberto Eco, El Péndulo de Foucault.
Se trata, sin duda, de una máquina fenomenal. Pero, tranquilo: si no conoces su historia, hoy en Supercurioso te contaremos todo lo que debes saber acerca del péndulo de Foucault. ¿Listo para descubrir este invento creado por el científico Leon Foucault? ¡No dejes de leer!
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El péndulo de Foucault: un experimento fascinante
Una de las maravillas del péndulo de Foucault es que es un péndulo capaz de oscilar durante varias horas seguidas sin que nadie lo empuje. Pero, ¿cómo? ¿Rompe acaso este péndulo con los postulados de la física clásica? ¿Es una fuente de energía perpetua? ¿Se mueve por cuenta propia? Pues sí, todas estas dudas intrigaron a los científicos con el tiempo, pero resulta que el científico francés Jean Bernard Léon Foucault tenía una respuesta distinta para este fascinante hecho.
El experimento se llevó a cabo en 1851, cuando Foucault, después de un arduo trabajo, decidió exponer sus descubrimientos al público por primera vez. Lo hizo en el Observatorio de París, y para ello se valió de una bola de plomo de unos 28 kilogramos, suspendida en el aire por un cable de 67 metros de largo. Se trataba, sin duda, de un experimento de proporciones increíbles, y muchas personas fueron a ver el péndulo que parecía girar de forma continua sin que se viera que ninguna fuerza lo empujara. ¿Por qué giraba el péndulo? Aquella era la cuestión que Foucault se traía entre manos, había armado todo aquel armatoste para hacer que todos se preguntaran eso mismo. La respuesta la tenía Foucault en la punta de la lengua.
1. El movimiento de la Tierra y su efecto en el péndulo
Pues no, el péndulo de Foucault no había llegado a desmentir las reglas establecidas por la física clásica. Todo lo contrario, Foucault se había valido de los postulados de la física para demostrar, precisamente, que el péndulo debía girar por sí mismo, o al menos en apariencia por sí mismo. Pero, ¿por qué giraba el péndulo de Foucault? ¿Qué lo hacía moverse? ¿Sería acaso la brisa? Pues la verdadera respuesta es que el péndulo no giraba.
Si te toparas de frente con el péndulo de Foucault no te atreverías a afirmar lo que el físico sí aseguró. De hecho, estarías seguro de que el péndulo se mueve, casi podrás palpar su movimiento con tus propios ojos y si alguien te dijera que no se mueve le llamarías mentiroso. Pero la verdad es que el péndulo no se mueve. Lo que se mueve es la tierra. Esta fue la demostración de Foucault, en una época donde los viajes espaciales pertenecían a un futuro lejano y las teorías del movimiento terrestre se mantenían solo como especulaciones bien fundamentadas. Entonces llegó Foucault y lo cambió todo: no había ninguna manera lógica de demostrar que esta bola de 28 kilogramos se moviera por sí mismo, y por lo tanto lo que se movía era la tierra, y nosotros veíamos moverse al péndulo porque nosotros también nos movíamos con la tierra.
Es así como Foucault demostró el movimiento de la tierra, y sus efectos en el mundo. Como el péndulo estaba suspendido a una distancia bastante amplia, el movimiento de la tierra causaba este interesante efecto en el péndulo. Foucault primero concibió la idea teóricamente, y cuando sintió que su idea no era susceptible de error se planteó organizar el experimento que lo hizo tan famoso. Durante el experimento, la parte de abajo del péndulo se cubrió de arena de manera que la punta del péndulo pudiera ir dibujando en ella la trayectoria que iba cubriendo, dejando con esto un registro del movimiento del artefacto.
Con esto se pudo ver con toda claridad que, a través de las oscilaciones sucesivas, el plano de oscilación del péndulo rotaba en el sentido de las agujas del reloj. De hecho, en una hora el plano de oscilación del péndulo giraba unos 11°, y la circunferencia se completaba en algo más de 32 horas. Esto sucedía así precisamente porque la tierra giraba en dirección contraria. Y la razón por la que la circunferencia no se completaba en 24 horas (que es lo que dura el día y, además, la vuelta de la tierra sobre sí misma) se aclaraba cuando se tomaba en cuenta la zona específica de la tierra desde donde se hacía el experimento. Si se realizara, por ejemplo, en el Polo Norte, la vuelta tendría que darse a la misma velocidad de la tierra.
Una vez demostrado el movimiento de la tierra sobre su propio eje, Foucault no se quedó hasta ahí. De hecho, después de este famosísimo experimento Jean Bernard Léon Foucault siguió haciendo grandes aportes en el mundo de la física, hasta incluso llegar a precisar la velocidad de la luz. Más adelante ahondaremos un poco más en los aportes de Foucault, pero por los momentos vamos a ver qué pasó luego con el péndulo.
2. La historia del péndulo de Foucault
El experimento del péndulo de Foucault se convirtió, rápidamente, en un acontecimiento histórico en París. Luego de haberse expuesto en 1851, en el observatorio de París, el péndulo fue trasladado al Panteón de París, donde, por la estructura del lugar, el péndulo pudo ser expuesto con mucha mayor facilidad, y donde el experimento cobró otras dimensiones. Cuatro años después este experimento fue trasladado al Museo de Artes y Oficios de París, en donde mantuvo una exposición permanente. Finalmente, al cumplirse los 50 años del experimento original se organizó una segunda instalación temporal en el Panteón de París.
Durante el resto del siglo XX el péndulo estuvo expuesto en el Museo de Artes y Oficios de París, en donde todavía lo encontramos en la actualidad. Sin embargo, este no es el único lugar donde podemos encontrar el péndulo de Foucault, ya que varias réplicas de este experimento se encuentran en diferentes museos e instituciones científicas del mundo. Es el caso, por ejemplo, del Centro Educativo y Cultural Manuel Gómez Morín, en México, donde tienen una réplica del experimento original con unos 28 metros de longitud.
España no se ha quedado atrás, ya que en este país se encuentran al menos unas 10 réplicas del experimento original de Foucault para que los usuarios visiten y conozcan, y aprendan, además, cómo funciona este particular aparato y cómo fue que Foucault demostró el movimiento de la tierra con él. También podemos encontrar réplicas del péndulo de Foucault en Chile, donde se encuentran al menos dos réplicas. Y el país con más réplicas del péndulo es, sin duda, Hungría, donde en la actualidad hay más de 30 réplicas del famoso experimento del físico francés. ¿Te animas a conocerlas? Sin duda se trata de una de las principales atracciones que ver en Hungría.
3. El péndulo en la literatura
Tratándose de un artefacto tan conocido, sobre todo en el mundo de la física, el péndulo ha tenido diversas apariciones en el mundo de la literatura e incluso en el cine. De las diversas apariciones que ha tenido en los universos narrativos, sin duda la más famosa es la de la novela de Umberto Eco, El Péndulo de Foucault, novela que llevó a Eco a la fama internacional, y que volvió a alzar el vuelo de el famoso experimento de Jean Foucault. Sin lugar a dudas, una de las mejores maneras de abordar la historia del péndulo (no a través de la historia misma, sino de la ficción, de la literatura y la expresión del hombre) es esta novela de Umberto Eco, donde se narra la historia de tres compañeros que atraviesan una historia enrevesada por conspiraciones y teorías complicadas que tienen, como centro narrativo, el péndulo de Foucault.
4. Otras genialidades de Léon Foucault
Quizá el péndulo es uno de los experimentos más conocidos de Jean Bernard Léon Foucault, pero no fue el único. De hecho, Foucault fue partícipe de muchos grandes descubrimientos, como ayudar a medir la velocidad de la luz, descubrir nuevas corrientes e incluso tomar una de las primeras fotografías hechas al sol. Sin duda, se trata de un científico a la altura de quien fue Albert Einstein. También fue Foucault quien inventó el Giroscopio, una herramienta que todavía se usa. Todo esto lo convirtieron en un científico de altura, de hecho, ya en 1862 había determinado que la velocidad de la luz era de 298.000 kilómetros por segundo, cifra que no pudo ser mejorada sino hasta 1907, 45 años después.
Sin lugar a dudas, al referirnos a Foucault hablamos de un científico y experimentador de altura, que hizo grandes aportes a la ciencia y a la investigación experimental. El péndulo fue de sus aportes más conocidos, pero no el único, y por eso hoy hemos hecho este breve recuento a través de las investigaciones de Foucault. ¿Tú qué opinas sobre el péndulo de Foucault? ¿Te gustaría ver una de sus réplicas? Pues por suerte, en la actualidad, hay varios museos que tienen réplicas del péndulo de Foucault. ¿Te animas a ver uno? Déjanos tu opinión en los comentarios, ¡estaremos deseando leerte!