Las personas tranquilas transmiten calma, equilibrio a la vez que ese carácter entre introvertido y sereno donde no está excluido la cercanía y cierta necesidad de soledad. Estamos sin duda ante un rasgo que caracteriza a buena parte de la población, y que en ocasiones, se suele interpretar de forma equívoca.
Por ello, hoy en Supercurioso queremos explicarte algunas características básicas con las cuales, tal vez te sientas identificado/a. No dudes tampoco en darnos tu opinión sobre el tema.
Personas tranquilas: 4 aspectos que las definen y las hacen únicas
La tranquilidad de carácter suele impregnar cada una de nuestras conductas: la forma de hablar, el modo de reaccionar ante diversos estímulos e incluso en la perspectiva desde la cual, vemos el mundo. Es por ello, que a grandes trazos, podemos encontrarnos con estas dimensiones tan curiosas como puntuales.
Ser una persona tranquila no significa que sea «vago/a»
«Es que no reaccionas, es que te quedas ahí como si no te importara nada, es que nunca tienes prisa». Este tipo de comentarios pueden acompañarnos durante gran parte de nuestra vida. Ahora bien, el que no reaccionemos tan rápido no quiere decir que seamos vagos, lentos o despreocupados. Simplemente, somos conscientes de que la vida tiene un ritmo definido para nosotros, y las prisas, no van con nosotros.
Disfrutamos más del aquí y ahora, del despertar despacio, de los movimientos lentos, precisos y parsimoniosos que saben donde van y lo que quieren. Ser tranquilo es envolvernos del movimiento «flow», de fluir con el propio ritmo de las cosas.
Muchas veces, no entendemos las reacciones del resto de personas
¡Qué desastre, tengo un exámen mañana y seguro que voy a suspender! !¿Has visto lo que ha pasado?¡Es que no te inmutas por nada!
Mientras muchas personas hacen uso de ciertas dosis de fatalismo o exageración, la persona tranquila ve las cosas con tanta calma que los demás, lo ven como si «fuera terriblemente frío o incapaz de reaccionar». Cuando en realidad, la personalidad caracterizada por la serenidad y la tranquilidad, acepta lo que sucede sin resistencia pero siendo plenamente consciente de las dificultades o de los hechos. Interioriza sus emociones, las medita y razona en soledad las posibles acciones a tomar.
Conectan mejor con el entorno
Las personas tranquilas son observadoras, intuitivas y muy perceptivas. Atienden los detalles y ven el todo en cada uno de sus aspectos. Son de aquellos que prefieren las mesas del fondo en un aula, las últimas plazas en el autobús y al lado de la ventanilla, desde donde observar, divagar, imaginar…
Las personas tranquilas conectan muy bien con sus entornos, en especial si son serenos y tranquilos como su propia personalidad.
Son una buena compañía para la mayoría
¡Me encanta estar contigo, transmites tanta calma! Este es un comentario que también escuchamos con frecuencia. A instantes podemos desesperar porque «aparentamos ser inmutables» ante ciertas situaciones y más tarde, somos la compañía perfecta por caracterizarnos por los siguientes rasgos:
- Somos empáticos
- Sabemos escuchar
- No juzgamos, somos sinceros pero nunca decimos a nadie lo que debe hacer o lo que no.
- Sabemos respetar espacios personales
- Nos gustan los instantes de soledad, pero nunca declinamos el pasar un buen rato con las amistades.
- Nuestro carácter no suele tener altibajos, nos gusta la cercanía más humilde, la que no espera siempre algo a cambio.
Ahora dinos…¿Tienes un amigo con este tipo de carácter? ¿Te sientes identificado en alguna dimensión? No dudes en dejarnos tus comentarios mientras recuerdas nuestro artículo sobre la personalidad anancástica.