¿Y este extraño artefacto para qué servía? ¿Era un instrumento de tortura? ¿Por qué las mujeres se sometían a él? Aunque impresionante a la vista, este objeto, creado a comienzos de los años treinta por Max Factor, era un micrómetro de belleza con el que ninguna fémina fue torturada, pero su función es tan interesante como su apariencia. ¿Te imaginas cuál era?
¿Para qué se usaba este perturbador objeto? ¡Descubre el micrómetro de belleza!
El autor detrás de este peculiar invento se trata de Maksymilian Faktorowicz, un judeo-polaco nacido en 1872, que desde muy joven trabajó en el mundo de la industria cosmética. A los 14 años fue construyendo su reputación creando pelucas y cosméticos en Moscú para la Rusia Imperial Grand Opera. Era de los mejores en el negocio.
Sin embargo, en 1904 tuvo que huir de Rusia para emigrar a los Estados Unidos, junto a su primera esposa Esther Rosa y sus tres hijos. La decisión la motivó la incipiente xenofobia que rápidamente se dirigía hacia los judíos en su lugar de asentamiento. Buscaba seguridad para él y su familia, sin pensar que este hecho serviría como empujón para que convertirse en el fundador del gigante cosmético Max Factor, en 1909, y en el empresario al que se le atribuye el desarrollo de la cosmetología moderna. Además de haber popularizado el término “maquillaje”, que antes era referido simplemente como “cosmético”. Norteamérica le abrió las puertas del mundo entero.
Con su llegada a Los Ángeles, California, se le despertó un enorme interés en trabajar con la industria cinematográfica, por lo que realizó varios inventos para conseguir el maquillaje perfecto, con un acabado impecable que realzara las facciones de las estrellas y que se viera alucinante en la gran pantalla hollywoodense.
Las actrices más aclamadas del séptimo arte reservaban citas para recibir consultas personalizadas del gran Faktorwicz o Factor, como era llamado en América. Él era de los pocos de la época que comprendía a plenitud la fisonomía femenina, y, en base a ello, ejecutaba su arte como maquillador. Así fue cómo se inspiró en crear el micrómetro de belleza en 1932 con el que simplificaría su trabajo.
Este extraño objeto concentraba la sabiduría cosmética de Max Factor en unas atemorizantes piezas metálicas flexibles que se instalaban en el rostro femenino. Con el micrómetro de belleza se medían las proporciones faciales para saber cuánto maquillaje habría que aplicar y qué partes necesitaban más reforzamiento para perfilar el rostro de acuerdo a los rasgos únicos de sus clientas. De esta manera conseguía, no solo el maquillaje perfecto para ellas, que mejorara notablemente sus rasgos faciales, sino el que mejor se adaptara al rol fílmico que desempeñaran.
Hoy en día abundan tutoriales en Youtube de gurús de belleza que enseñan a perfilar el rostro con técnicas de contorneo que creemos novedosas, cuando ya Max Factor las aplicaba a comienzos de los años treinta con esta invención que despertó nuestra curiosidad.
¿Te gustó el artículo? Quizá te puede interesar: 10 verdades y falsedades sobre el cuidado de la piel.
Imágenes: Getty Images ( General Photographic Agency, Margaret Chute/Hulton Archive).