Si has visto la serie «Better Call Saul» ya sabrás lo que supone padecer hipersensibilidad electromagnética. Poco a poco es cada vez más visible y evidente, pero aún así, no faltan voces que afirman que tal enfermedad no existe, y que en realidad, está en la propia mente de las personas afectadas.
Para hacernos una idea de lo que es, imagina experimentar cada día la peor migraña de tu vida. Imagina que solo encuentras alivio, a medida que te alejas de los núcleos urbanos y de todos las antenas de telefonía móvil. La verdad es que algo así nos es casi inconcebible a la mayoría de nosotros, tan unidos a Internet, a nuestros móviles, a nuestros ordenadores y a ese emocionante sonido cada vez que recibimos un mensaje nuevo.
Todo ello, para este joven británico es poco más que una tortura, de ahí que se haya visto obligado a retirarse al bosque más aislado, ahí donde las ondas electromagnéticas no puedan hacerle experimentar esa terrible tortura tan difícil de explicar.
Phil Inkley, el ermitaño de los bosques de Inglaterra
Phil Inkley trabajaba como técnico de sonido. Se encargaba también de instalar dispositivos electrónicos, de reparar ordenadores para familiares y amigos. Al principio, cuando Internet no estaba «a gran escala» en todos los hogares, sus molestias eran más o menos llevaderas.
Tenía migrañas y mareos, y paliaba los síntomas con un tratamiento secundario sin llegar a conocer el origen de su dolencia. Ahora bien, a medida que la red Wi-Fi se iba haciendo cada vez más extensa y cotidiana, su vida iba cambiando de modo radical:
- Se sentía irritable, de mal humor
- El agotamiento físico hizo que perdiera su trabajo.
- Tenía una fuerte presión en las sienes, palpitaciones y sofocos.
- Mareos, desmayos
- Vómitos
- Hemorragias nasales
Fue un médico quien le informó finalmente de lo que le estaba ocurriendo: hipersensibilidad electromagnética. Ahora bien, si los médicos le dieron el diagnóstico, la sociedad lo que le ofreció fue el rechazo y el escepticismo. Y más aún, desde la propia OMS se acepta la existencia de estos síntomas y esta dolencia, pero advierte de la necesidad de descartar primero problemas psiquiátricos.
Y en efecto, tanto amigos, como excompañeros de trabajo pensaron que en realidad lo que le sucedía a Phil era que sufría una simple depresión. ¿Cómo imaginar que determinados campos electromagnéticos pueden causar daños tan impactantes como sangrados nasales?
Hay personas más sensibles que otras, y el caso de Phil Inkley es grave. De hecho, las luces parpadeantes de cualquier pantallas de móvil u ordenador, ya le producen dolor de cabeza.
Lo peor para Phil llegó cuando tras las hemorragias, aparecieron ya las convulsiones, le era imposible incluso poder levantarse de la cama. Se pudo en contacto con la «Agencia de Protección de la Salud», y después de varios avisos en busca de ayuda, o al menos algo de información sobre qué era lo que podía hacer, solo recibió una recomendación: si sufría hipersensibilidad a la radiación electromagnética, lo mejor que podía hacer era alejarse de cualquier núcleo urbano.
Le recomendaron el exilio.
Nuestro protagonista no podía creerlo. Su situación era casi la misma que la de cualquier afectado por una guerra nuclear. Vivía ya en un sótano, su búnquer particular. ¿Era así como las instituciones reaccionaban ante esa realidad, ante cualquier persona afectada por su mismo problema?
Si la solución era el exilio, Phil Inkley lo prefería a tener que vivir en la oscuridad de un sótano. Y así lo ha hecho, habita en su caravana, moviéndose por la campiña británica y alejándose de todo núcleo urbano. Lleva móvil, y también tiene ordenador, porque al fin y al cabo debe mantenerse unido al mundo, a su familia… a sus amigos. De vez en cuando se acerca unos minutos a algún pueblecito en busca de comida, y aprovecha para hablar con los suyos. Soportando el dolor de cabeza y los mareos.
Conversaciones breves para alguien que se siente ya un marginado, un renegado de una sociedad que se levanta ya sobre ese tipo de energía, ondas y dispositivos que a él, le quitan la vida…
¿Imaginas cómo sería vivir de este modo? No olvides darnos tu opinión al respecto, y recuerda, si te ha gustado este artículo, descubre también 5 alergias súper extrañas.