Es uno de los problemas más normales relacionados con la salud de la boca. ¿Te ha ocurrido alguna vez? Estar cepillándote los dientes, y de pronto, notar que tus blanquísimos dientes están teñidos por un poco de sangre que sale de las encías.
Hay quien no le da importancia, quien lo deja pasar sin preocuparse de inmediato y quien, por su parte, alarmado, no tarda ni un minuto en pedir cita para el dentista. No debemos descuidarlo. Las encías sangrantes es una dolencia común, pero no por ello debemos verlo como algo normal.
Hoy en Supercurioso queremos hablarte de por qué tu sonrisa, en ocasiones, luce un poco más vulnerable a causa de un problema en tus encías.
¡Tengo gingivitis!
No te preocupes, no vas a necesitar hospitalización pero sí alguna que otra visita al especialista. Cualquier alteración en nuestro cuerpo es síntoma de algún problema subyacente. Si nuestras encías sangran es porque existe una inflamación, y toda inflamación es una reacción natural desplegada para defendernos de una serie de bacterias u otros problemas.
- Cuando la placa dental se acumula en la linea existente entre el diente y las encías, este tejido reacciona inflamándose ante la presencia de todos esos elementos dañinos.
- Ten en cuenta que las encías son una parte muy vulnerable de la boca, y muy sensibles a su vez a las enfermedades periodontales. Es aquí donde se suelen almacenar un gran número de bacterias presentes en la placa.
- La primera pista de que existe un problema, es precisamente el ver sangre en nuestro cepillo de dientes.
- Cuando la placa no se retira, aparecerá ya el sarro, más resistente, con lo cual, aparecerá más sangre.
- El problema de la gingivitis pasará de leve a moderado cuando nos notemos ya las encías inflamadas con normalidad, y la molestia, no se limite solo al cepillado de dientes. Es como si nos oprimieran los dientes.
- Si el problema no se resuelve, poco a poco aparecerá una linea más visible entre el diente y la encía a causa de estas bacterias presentes en ese sarro más resistente. El tejido conectivo que une ambas estructuras (diente y encía) empieza a separarse.
La gingivitis puede agravarse en el momento en que el problema llegue al propio hueso de la mandíbula. La infección será mucho más grave, y por su puesto, correremos el riesgo también de perder piezas dentales.
¿Se puede tratar el problema de las encía sangrantes?
Desde luego, la gingivitis es reversible y tu dentista, te dará sin duda el tratamiento más adecuado. Ahora bien, por nuestra parte también podemos seguir en casa adecuadas estrategias que te ayudarán a prevenir y tratar el problema de las encías sangrantes:
¿Tomamos nota?
– Cepíllate los dientes dos veces al día, pero utilizando siempre un cepillo de cerdas suaves y sin ejercer una presión muy elevada en tu boca.
– Puedes hacer enjuagues con agua salada, resulta muy terapéutico.
– Utiliza también hilo dental.
– Eleva tus dosis de vitamina K, un tipo de vitamina antihemorrágica que nos ayuda a mantener los dientes y los huesos fuertes. ¿Y dónde puedes encontrarla? Muy fácil, en las verduras como las coles de bruselas, las espinacas, las coliflores, las lechugas, el repollo, el perejil…¡Todo lo que tenga hojas verdes!
– Sí a la vitamina C, esencial para fortalecer el sistema inmunológico, aportarnos antioxidantes y esencial para reparar los tejidos gingivales. No dudes pues en consumir limones, naranjas, papayas, kiwis, fresas, arándanos, piñas, fresas…
Como puedes ver nuestra alimentación, y nuestros hábitos de higiene son básicos para evitar este problema tan común. Tener unos dientes bonitos solo requiere un par de visitas al año al dentista…¡Y comer menos dulces y más fruta y verdura fresca!
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