La respuesta a esta pregunta viene a ser genética y con algunas derivaciones incómodas. En un artículo reciente publicado en torno a este tema por la página de ABC, el doctor Máximo Vento, presidente de la Sociedad Española de Neonatología, afirmaba que la abundancia o ausencia de pelos en un bebé está determinada por factores genéticos, es decir, por la herencia de ambos padres, y por “factores raciales” (genéticamente hablando).
El término “raza” ha sido objeto de una fuerte polémica desde hace más de 60 años, por sus distintas implicaciones ideológicas: al dar a entender que hay razas superiores e inferiores y distintos tipos de seres humanos. El término fue prácticamente desterrado del campo de las ciencias y sigue generando malestar, aunque ha regresado al ruedo de la mano de la genética.
Hoy en día está perfectamente claro, al menos en el mundo científico, que el ser humano (homo sapiens sapiens) y que lo que determina el grado de desarrollo, está vinculado con aspectos históricos y de desarrollo social, y no debido a factores biológicos.
Sin embargo, tampoco es posible negar que en la humanidad hay evidentes tipos físicos y con diferentes cargas genéticas, determinadas en gran medida por su posición en el planeta, y es allí donde los genetistas han reintroducido el término de raza. Volvamos al pelo.
Más o menos pelo según la posición respecto al Ecuador
Una vez aclarado el punto (u oscurecido de otra manera), volvemos con la explicación del doctor Vento:
“las razas más próximas al Ecuador tienen mayor abundancia capilar que las razas nórdicas en el momento del nacimiento y de unas características diferenciales importantes como es la textura, densidad, distribución corporal. En general los descendientes de los indios andinos son los que tienen más pelo no sólo en la cabeza sino en todo el cuerpo, mientras que los esquimales (inuí) y razas asiáticas son los que tienen menos vello en la cabeza y el cuerpo”.
Bebés con pérdida de cabello
También es usual ver recién nacidos que nacen con mucho pelo y a los pocos días o meses comienzan a perderlo. En general se trata de algo normal y que no tiene por qué generar preocupación, y podría deberse a varios factores:
- No es verdadero pelo, sino lanugo, la capa pilosa que lo cubría mientras estaba en el vientre. A veces puede permanecer en la cabeza semanas o meses, y luego caer para dar paso al verdadero pelo.
- El cabello en esta primera etapa de la vida no tiene raíces muy resistentes, por lo que es muy fácil que se caiga debido al roce con las sábanas o a un uso un poco fuerte de cepillos y peines.
Y de nuevo, no hay que olvidar la herencia: si los padres no son de cabellera abundante lo más probable es que el niño tampoco lo sea.
Y en torno al cambio de color, niños que nacen con el pelo claro y luego se les torna oscuro, es bastante común y se debe a que las células responsables del color del cabello y los ojos, los melanocitos, están desarrollándose y “madurando” todavía.
En fin, que si tu niño nace calvo no debes preocuparte, no acabas de tener un “Mini-Me”… Si te ha interesado el tema, seguro que te gustará saber sobre la belleza de los negros pelirrojos.