Sufrir lesiones en el campo de fútbol, o de cualquier otro deporte, es una constante entre jugadores profesionales y aficionados. En los casos más desafortunados, hemos visto cómo jóvenes talentos perder el conocimiento ante sus compañeros, a veces con un desenlace fatal, tras recibir fuertes golpes en la cabeza y otras extremidades.
También se han reportado casos en los que condiciones cardíacas y otras patologías son las causantes de estos decesos durante competiciones deportivas. Pero, ¿puede algo tan común como un balonazo en el pecho acabar con tu vida? Sí cabe la posibilidad, y expertos de la salud lo explican.
Un balonazo en el pecho puede matarte. Esta es la razón
Un niño sevillano de 12 años falleció de manera atípica, pero probable, en el transcurso de una práctica de fútbol sala. Al corto tiempo de recibir un fuerte balonazo en el pecho, el jovencito cayó, desmayado, al suelo. Mientras aún se encontraba con vida y acudían a socorrerlo, sus compañeros de equipo ni el entrenador serían capaces de anticipar que en los próximos minutos moriría.
Nunca habían presenciado un caso similar en el que un golpe en el tórax pasara a mayores, pero este no fue un impacto común, se trataba de una “commotio cordis”, un tipo de muerte excepcional, que según explica Julián Villacastín, director del Instituto Cardiovascular del Clínico San Carlos de Madrid, se da bajo circunstancias determinadas.
Para que un balonazo en el pecho sea letal, hay ciertas variables a considerar: una es la potencia del golpe, otra, la ubicación del choque, también dependerá del punto en el que se produce.
Según este especialista, la pelota debe ser disparada a una velocidad promedio de 65 a 85 kilómetros por hora, e impactar contra el ventrículo derecho justo en el momento en el que el ciclo cardiaco se encuentra más vulnerable. Por lo mismo, las posibilidades de morir bajo estas circunstancias son realmente bajas.
Quienes son más propensos a sufrir una conmoción cardíaca por un golpe torácico son los niños y adolescentes. Explica Villacastín que esto se debe a que “aún tienen el esternón tierno, por lo que están menos protegidos. Un fuerte impacto en el ventrículo derecho desencadena una arritmia ventricular fatal y se produce un caos eléctrico que conduce a una parada cardiaca.”
Aunque la conmoción cardíaca por lo general produce una muerte casi instantánea en la mayoría de los casos, sin que hubiera una patología preexistente, el 20% de las personas puede continuar activas antes de producirse el colapso, posiblemente por ser más tolerantes a las taquicardias ventriculares.
Por otra parte, los estudios médicos dictan que la mayoría de los decesos de tal naturaleza se han producido por falta de medidas oportunas. Precisamente, actuar a la brevedad, incrementa la posibilidad de supervivencia.
Y, ¿de qué manera debe ser atendida una emergencia por un balonazo en el pecho de esta magnitud? Entendiéndose a la conmoción cardíaca como un episodio arrítmico, los especialistas recomiendan aplicar maniobras de reanimación cardiopulmonar inmediata o el uso de la desfibrilación para apoyar el restablecimiento del ritmo sinusal, mientras llega el equipo médico.
Se discute además que las pelotas más peligrosas son aquellas de menor tamaño, como las que son utilizadas en el béisbol o en el hockey, por lo que se sugiere proteger a niños y adolescentes con chalecos protectores si practican actividades deportivas de este tipo.
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