La obsesión de Adolf Hitler por el poder le llevó a emprender un sinfín de misiones por todo el mundo. Todas ellas envueltas en el más absoluto secreto, haciendo que adquiriesen un tono misterioso, que atraía y sigue atrayendo el interés de historiadores, escritores y cazafortunas. Esta que desvelamos hoy es una de esas expediciones «TOP Secret»: la misión secreta en el Ártico.
¿Qué hacían los nazis en una misión secreta en el Ártico?
Esta pregunta podría tener dos respuesta una de cariz más místico y otra más práctica. Según la primera, Hitler -muy interesado en temas ocultistas y esotéricos- encuentra en la Sociedad Thule unas teorías con las que se identifica plenamente, que consistían en la supremacía de la raza aria, por ser descendientes de unos seres superiores llegados de una especie de continente perdido, situado en el extremo norte cerca de Groenlandia, que llamaban Thule.
La misión secreta en el Ártico partiría con el cometido de encontrar el origen de su estirpe, las pruebas de la existencia de Thule y de sus habitantes que habrían migrado atravesando una apertura situada en algún punto del polo norte con sofisticados vehículos dotados de una tecnología muy avanzada. Pero la noticia de la derrota de Hitler sorprendió a los soldados destinados en esta misión secreta en el Ártico, por lo que decidieron destruir todos los documentos concernientes a la misión. Una rocambolesca historia de película.
La segunda respuesta, menos fantástica que la anterior pero no menos sorprendente, la encontramos en el nuevo libro del historiador y escritor español, Jesús Hernández, “Pequeñas y grandes historias de la II Guerra Mundial”. En él nos relata con detalle algunos pasajes que no se ven reflejados en los libros de historia, todos ellos rigurosamente investigados y contrastados. Uno de estos acontecimientos fue el de la misión secreta en el Ártico, una expedición que se encargaría de establecer una base meteorológica con el fin de proporcionar predicciones meteorológicas de interés, para hacer más efectivos sus ataques.
Prueba de todo esto la encontramos en el Parque Nacional del Ártico, a 1000 km del Polo Norte, donde han descubierto los restos de un emplazamiento militar con más de 500 objetos de gran valor histórico como cajas de munición, pequeños electrodomésticos, objetos personales y los codiciados Partes Metereológicos. La base fue deliberadamente destruida, tal y como relata en su libro Jesús Hernández, al terminar la guerra. La conclusión de esta respuesta es que en realidad nada de oculto ni de esotérico motivó esta última misión.
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