Sigue siendo uno de los momentos más temidos por el ser humano, y completamente inevitable, al menos hasta ahora, y aunque no hay certezas sobre lo que sucede espiritualmente hablando una vez que se cruza esa frontera, sí hemos aprendido mucho sobre lo que pasa con tu cuerpo cuando estás, clara y más o menos definitiva o mayoritariamente, muerto.
¿Qué pasa con tu cuerpo cuando mueres?
Primeros segundos y minutos
Cuando mueres, una vez se han detenido tus órganos vitales, cesa la actividad cerebral y la temperatura corporal desciende entre 1 y 1,6 grados centígrados hasta alcanzar la temperatura ambiental o de la habitación.
Pasados unos minutos sin circulación sanguínea y por ende, sin oxigenación, las células del resto del cuerpo comienzan a morir y se inicia el proceso de descomposición, aunque las uñas no se enteran y siguen creciendo.
Luego de unos cuarenta minutos, la temperatura corporal comienza a caer estrepitosamente, comenzando por el rostro.
Es el conocido “frío cadavérico” y suele comenzar por la cara, para luego extenderse al resto del organismo.
La muerte en cuestión de horas
Pasadas unas cuatro horas comienza a manifestarse el rigor mortis, el endurecimiento de los músculos debido en parte a la acidificación y en parte a la deshidratación. La rigidez cadavérica puede mantenerse por unas 36 horas.
La deshidratación y descomposición de la piel hace que ésta se contraiga y esto hace que parezca que el pelo sigue creciendo en varias partes del cuerpo.
La gravedad hace su labor y la sangre se acumula en algunas partes del cuerpo, produciendo manchas y cambios de tonalidad en la piel.
Días de mal olor
Las enzimas digestivas y bacterias hacen su trabajo con los órganos internos, se forman gases y los olores fuertes de la descomposición. Al aparecer los gases la temperatura corporal puede volver a elevarse y alcanzar hasta cuarenta grados centígrados.
Estos gases a veces pueden producir movimientos inesperados del cadáver, o explosiones en las urnas, algo que en muchas ocasiones ha asustado a más de uno.
Semanas y meses
Se cae el cabello y se inicia lo que los tanatólogos denominan la “putrefacción colicuativa”, en la que terminan de disolverse todas las partes del cuerpo que no sean huesos. Las grasas, sobre todo en los casos de las personas que en vida fueron obesas, se saponifican, es decir, se convierten en jabón. En esta etapa también pueden aparecer diversas especies de hongos que operan en conjunto con millones de larvas para disolver los últimos restos blandos del cuerpo.
El resto es un esqueleto limpio cuya duración dependerá de las condiciones ambientales y del suelo, donde con algo de suerte podría durar unos cuantos millones de años, y terminar en las manos de un futuro paleontólogo, o, si tienes una calavera atractiva, en las de un actor de teatro…
Si te ha interesado descubrir, paso a paso, el proceso por el que pasa tu cuerpo cuando mueres. Te invitamos a leer nuestro artículo «¿Petrificarte? Puede ocurrir«.