¿Nunca te has parado a pensar quién pela las pipas que ya están peladas cuando las compras? Comer pipas ya peladas es un placer para unos y una tontería para los más acérrimos a comer pipas de la manera tradicional, que pelan este fruto seco con tesón, para poder sentir al máximo el placer de comérselas una a una o de un manojo. Si siempre te ha picado la curiosidad y nunca lo has investigado, te lo explicamos en esta nueva entrada de Supercurioso.
Mitos y leyendas acerca de las pipas peladas
Son muchos los mitos que recorren las bocas de la mayor parte de personas, a las que les encantan pelar y comer pipas una tarde de domingo, acerca de cómo se pelan las pipas que se venden ya peladas.
Pero la leyenda urbana que he escuchado a este respecto, es que un grupo de viejecitas dedicadas a sentarse las tardes viendo la televisión, son las encargadas de chupar las pipas hasta que las cáscaras están lo suficientemente blandas como para separar la pipa de la cáscara. Asqueroso, ¿verdad?
Indudablemente, esta manera tan singular de pelar las pipas, no tiene nada de carácter industrial y tampoco es lógico. La explicación no tiene nada que ver con esto, además es mucho más simple de lo que puedas pensar. En un principio, las pipas son tostadas, para después meterlas en una máquina que las centrifuga y que parece una lavadora. Cuando sube el nivel de presión del aire dentro de esta máquina, se logra que las cáscaras se destruyan gracias a los movimientos fuertes y los golpes que absorben las pipas.
Cuando se parten todas las cáscaras de las pipas, se procede a tamizarlas para que ambas parte se separen a la perfección. Por último, las pipas son almacenadas en latas o bolsas de plástico.
Cuánto menos, curioso, ¿no te parece? ¿Conocías el proceso de pelar pipas? ¿Eres de los que prefieren pelarlas antes de comértelas? Si te ha gustado, puedes leer más peculiaridades sobre los alimentos en «5 alimentos que nos ponen de buen humor«