Se han hecho diversos artículos, documentales, noticias y demás notas informativas sobre las consecuencias negativas del mal uso de las redes sociales y/o de los teléfonos inteligentes, hasta la saciedad nos han recordado las graves consecuencias que puede tener, por ejemplo, tomar demasiado en serio las famosas “selfies”. No obstante, ¿deberíamos tomar a la ligera estos consejos? Probablemente la mayoría hemos entendido y visto por experiencia propia los efectos de las redes sociales. Actualmente es común que hayamos visto a una persona cercana a nosotros que pasa horas frente a la computadora o sin despegar los ojos del celular. Siendo un fenómeno que nos rodea, será importante entonces analizar qué posibles efectos podría tener en nuestra salud mental y social.
Una herramienta inteligente
Como todo gran avance tecnológico, las redes sociales han ayudado a la población de diversas maneras: dando información, entreteniendo, anunciando productos necesarios, etc. Los teléfonos inteligentes, por su parte, facilitan tareas comunes que en ocasiones podrían ser consideradas como “molestas” “rutinarias” “agotadoras”, etc.
Nos ayudan a saber qué restaurante está cerca, en dónde hay demasiado tránsito, incluso si ha habido un accidente automovilístico o alguna zona en obras para que podamos evitarlo a tiempo. En cierto modo, nos “ubica en el mapa”, calcula nuestro tiempo y nos informa de manera eficaz sobre todo aquello que le hemos mostrado que nos interesa, plasmando nuestros gustos y costumbres. Este es un ejemplo del buen uso de la tecnología para facilitar la vida diaria. Sin embargo, ¿qué pasa con las relaciones humanas cuando las reemplazamos por la interacción en redes sociales?
Relaciones humanas y redes sociales
El mal uso de esta tecnología infiere que la tomemos como algo más que un invento del hombre, al permanecer pendiente de lo que pasa en el mundo a través de las redes sociales nos hace ver una realidad diferente de la que es.
Está comprobado que algunos usuarios de Facebook, por ejemplo, mienten sobre su realidad, adornándola, en un intento ser aceptado y admirado. Además de otorgarnos una visión limitada del mundo, nos conformamos con saber qué pasa con las personas que nos rodean o las figuras públicas que conocemos sin tener una amplia cosmovisión.
¿Perdemos poco a poco el contacto afectivo?
Un importante hecho a destacar es que, al mantener nuestra visión cada vez más reducida, este fenómeno podría estar limitando importantes áreas que constituyen al ser humano, una de ellas es la de las relaciones sociales, la cual se ve afectada ya que estas nos mantienen en constante búsqueda de aprendizaje, lazos afectivos, reglas de convivencia, trabajo en equipo, etc. Características que se podrían estar dejando de lado para sólo centrarnos en nuestros propios intereses y necesidades de ser aceptados por un medio virtualmente social.
Según el profesor de Psicología, Dan Siegel, de la Universidad de California en Los Ángeles, las redes sociales están reconfigurando nuestro cerebro físicamente, por lo tanto nuestra mente muestra cambios significativos también. Menciona que los procesos de interacción y comunicación humana (constituidos por expresiones faciales, tono de voz, intensidad de las reacciones, etc.) se llevan a cabo gracias al hemisferio derecho del cerebro, el cual controla las emociones y los lazos afectivos, no obstante, al estar reemplazando dichos procesos con una interacción meramente verbal (texto, idioma, etc.) se activan las funciones del hemisferio izquierdo el cual regula la lógica y la objetividad.
¿Consecuencias de una conducta modificada?
¿Cuál podría ser el resultado de esta modificación? Esta pregunta puede contestarse con otra cuestión: ¿Qué vemos comúnmente en redes sociales? Si alguien se compró un auto nuevo, lo publica; si alguien tiene un nuevo celular, lo publica; nuevo peinado, ropa o accesorios… Publicado. Demuestra que los valores humanos están siendo sustituidos por valores económicos:“¿Quién tiene más?”. Esta competitividad es común en el ser humano, no obstante en redes sociales se vuelve algo vital.
Otra vertiente peculiar en las redes nos lleva a preguntarnos qué calidad de vida social tienen algunas personas que compiten por ver quien salió más guapo/a, quién ama más a su novia/o, quién tiene más amigos, etc. Al tener que estar constantemente re afirmándolo de forma virtual.
Como en toda práctica es necesario aclarar que lo expresado en este artículo NO se aplica a todas las personas que utilizan las redes sociales, como se dijo previamente, realizar un buen uso de ellas puede brindarnos información enriquecedora y buen entretenimiento.
¿Cuál es tu opinión al respecto? ¿Crees que en un futuro nos volvamos egocéntricos si dejamos que la obsesión por las redes nos consuma? Comenta tu opinión de manera constructiva.
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