En Río de Janeiro, al sur de Brasil, y en general en todo el país, en enero y febrero hay un ambiente festivo de anticipación por la próxima celebración de uno de los eventos más importantes de este país suramericano: el carnaval. ¿Vienes?
Historia de una tradición
El carnaval es una fecha de origen católico, sobre todo, y su fin (martes de carnaval) marca el comienzo de la cuaresma, a partir del miércoles de ceniza. Los navegantes y colonos españoles y portugueses llevaron la festividad a estas tierras americanas, donde se mezclaron con los esclavos negros e indígenas. De esta forma adquirió su carácter especial.
Se asocia con fiestas callejeras, desfiles de carrozas, disfraces, bailes y excesos en general.
Si bien su origen es festivo, en Brasil (así como en Venezuela) se acostumbra a jugar echándose agua unos a otros para purificar el cuerpo. Esto viene de un tipo de carnaval llamado en latín introito (entrada) y entrudo en portugués.
En Brasil se prohibió a mediados del siglo XIX (sin mucho éxito) por considerarse algo extremadamente violento y, de acuerdo con algunos registros, hubo personas que murieron por infecciones y otros males porque se lanzaban agua y frutas podridas.
Agenda de Río
El carnaval se celebra desde el viernes hasta el miércoles. Por supuesto, la mayor atracción es el Desfile de Samba en el Sambódromo, un estadio diseñado por el gran arquitecto Oscar Niemeyer y en el que cada año se reúnen 70.000 personas.
Las preparaciones para este evento duran todo el año, desde que termina el carnaval hasta que comienza el siguiente.
Las organizaciones que trabajan en esto se llaman blocos o cordões (en realidad son escuelas de samba) que se encargan de los desfiles de cada uno de estos grupos a los que pertenecen. Los costes pueden llegar a ser astronómicos y aceptan en consecuencia donativos y financiamiento de empresas e incluso países (hace algunos años el gobierno de Venezuela financió el desfile de una carroza en el Sambódromo).
Estas escuelas son de gran importancia en Brasil, siendo las más notables las que se localizan en Río de Janeiro, São Paulo, Recife y Salvador de Bahía.
Además del Sambódromo, puedes disfrutar de muchísimas fiestas de calle, bailes y otros eventos que suceden durante estos días.
El Sambódromo y sus entradas
Hay cuatro tipos, para todos los gustos y presupuestos: las tribunas, que son las más económicas, donde te sientas en bancos de cemento. La zona de sillas asignadas, que tienen asientos numerados; los palcos abiertos ofrecen 6 plazas y mesa de centro; y las suites de lujo (las más caras) tienen espacio para grupos de por lo menos 12 personas. Aquí se incluye cena buffet, bebidas, servicio de seguridad y hasta camarero propio, para disfrutar con todas las de la ley.
Río de Janeiro se convierte durante el carnaval en un lugar donde todo está permitido, la locura se adueña de las personas y se vive una experiencia verdaderamente alucinante.
Tanto las carrozas como los disfraces son obras de arte que pasean por sus anchas calles y por el Sambódromo, donde al final se escoge a los mejores y más vistosos trajes.
Ir al carnaval de Río significa conocer una parte importante de la cultura brasileña.
¿Te apetece conocer otros sitios donde se celebren fiestas? Compártelos con nosotros. Y si te gustó este artículo, puede que también quieras saber por qué febrero tiene 28 días.