Los romanos utilizaban a los perros como guardianes de sus casas, si eran de clase alta, como ayudantes en la caza o el pastoreo y como perros guerreros o mensajeros en las batallas. Pero esas no eran las únicas ocasiones en que los perros intervenían en la vida de los romanos. Ya vimos en el artículo sobre los perros en Roma que, en algunos rituales, eran sacrificados. Se sabe también algo que es aún peor: para festejar una victoria los crucificaban. Descubre con nosotros el motivo por el que Roma encumbró a los gansos y crucificó perros
Porqué Roma encumbró a los gansos y crucificó perros
A finales del siglo IV a. C. los galos invadieron Italia. Durante el ataque a Clusium, sus habitantes pidieron ayuda a Roma que envió una delegación. Ésta iba encabezada por Quinto Fabio. Se iniciaron las conversaciones con los galos pero se rompieron poco después. Quinto Fabio mató a uno de los líderes galos y éstos exigieron que el asesino fuera entregado. Los romanos no sólo no lo entregaron, sino que lo nombraron tribuno. Los galos juraron venganza declarando la guerra a Roma.
La primera batalla fue la de Alia y se enfrentaron 40.000 romanos a un número similar de Galos. Los Galos atacaron por los flancos y llegaron al centro de la formación donde se encontraban los soldados más experimentados. Lo que quedaba de las legiones huyeron hacia Roma que se encontraba a 16 km. Entraron en la ciudad y sin ni siquiera cerrar las puertas se dirigieron a la colina Capitolina, que tenía una ciudadela amurallada, donde se refugiaron. Los campesinos, plebeyos y esclavos quedaron a su suerte y fueron masacrados con gran crueldad por los galos. Éstos sitiaron la colina. Hicieron varios ataques pero fueron repelidos por los soldados.
Mientras, los sitiados enviaban mensajeros a las ciudades aliadas vecinas para que acudieran en su ayuda. Los galos observaron el lugar por donde se descolgaban los mensajeros y decidieron intentar un ataque nocturno por ese lugar. Escalaron la muralla con sigilo y no fueron advertidos ni por los centinelas ni por los perros que con ellos estaban de guardia. Todos dormían. Por el contrario, los gansos que campaban por el templo de Juno, que se encontraba dentro de la ciudadela, al percibir las sombras empezaron a graznar y alborotar de tal manera que despertaron a todo el mundo. La guarnición alertada de esta manera pudo repeler el ataque galo.
Al cabo de unos años, siguiendo el relato de Tito Livio, los romanos al llegar el mes de agosto conmemoraban esta batalla con una procesión. En ella desfilaba un ganso acomodado en una litera de color púrpura y muy adornada y nueve perros crucificados. Simbolizaban la gesta heroica de los gansos y la traición de los perros, que se quedaron dormidos mientras atacaba el enemigo. Este terrible acto recibía el nombre de Supplicia canum. Realmente crueles, los romanos.
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