Los seres humanos producimos, de media, más de 60 litros de lágrimas a lo largo de nuestra vida. Estudios recientes distinguen 3 tipos de lágrimas diferentes, siendo las lágrimas derramadas cuando se siente una emoción las que más limpian y liberan nuestro organismo. Estas lágrimas arrojan en un análisis químico una alta cantidad de sustancias que aumentan las hormonas como la prolactina o la adrenocorticotropa -que se produce en las situaciones de estrés- así como de manganeso y potasio. Debido a esta propiedad purificadora, no es extraño que haya surgido el Rui katsu, la alucinante terapia del lloro en Japón.
Rui katsu, la alucinante terapia del lloro en Japón
La Japonesa es una sociedad que reprime especialmente cualquier tipo de emotividad, la educación que reciben no les permite expresar sus sentimientos socialmente. El Rui katsu, que significa «buscando lágrimas» o «actividad lacrimógena» los ayuda a liberar sus sentimientos y a conseguir el equilibrio interior.
Las primeras sesiones de Rui katsu fueron organizadas en 2013 por Hiroki Terai, que empezó organizando ceremonias de divorcio. Vio el poder liberador de las lágrimas y decidió montar unos grupos de llanto como terapia. A través de las lágrimas, se expulsan sustancias tóxicas del organismo, lo mismo que a través del sudor o la orina, por eso después de llorar nos sentimos mejor.
Hiroki Terai reúne en una sala a unas 20 personas y va proyectando anuncios, cortos o vídeos de Youtube en los que las historias y las músicas emotivas consiguen lo imposible, toda la sala llora a «moco tendido». Las sesiones duran unos 40 minutos y el público son adultos de todas las edades que salen de la terapia liberados de sus tensiones y preocupaciones, con la mente despejada y el estrés reducido. Para los asistentes, el lloro en grupo no tiene el componente depresivo que tendría el llanto individual y solitario encerrado en una habitación.
Entre los asistentes a las terapias, se crean grupos que comparten videos o músicas «lacrimógenas» y Hiroki Terai, el creador de estos eventos, ha escrito varios libros sobre el efecto beneficioso del llanto. Un estudio publicado en «Frontiers in Psychology» afirma que el llanto mejora nuestro humor y que puede ser más efectivo que un antidepresivo para mejorar nuestro estado de ánimo. En otro estudio realizado sobre los hábitos de llanto en 37 naciones, los japoneses resultaron ser de los que menos lloraban, quizá por eso estos grupos de terapia están triunfando no sólo en Tokio, sino en varias ciudades más del país.
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