De todos es sabido el carácter sanguinario y desmedido de Calígula. Pero lo que no es tan conocido es la pasión que tenia el emperador romano por Diana y el culto sexual que se le dedicaba a esta diosa en el lago de Nemi, al sur de Roma. Un emplazamiento evocador y misterioso rodeado por un bosque, al que a día de hoy, se sigue considerando un rincón de increíble valor histórico y arqueológico.

Calígula pasaba aquí largas temporadas de descanso junto a sus colegas, un lugar donde rendirse por completo a estos cultos de sadismo, de los que la muerte no estaba exenta. Para ello, nuestro díscolo emperador hizo construir dos maravillas navales, dos barcos considerados como los más grandes del mundo antiguo, donde satisfacer sus oscuros placeres…

Los barcos gigantes de Nemi

Más que barcos eran palacios, auténticos palacios flotantes dotados de columnas, suelos de mármol, calefacción y cientos de comodidades propias de cualquier paraíso, donde poder pasar largas temporadas en el voluptuoso lago Nemi.  Un escenario de origen volcánico donde sus aguas eran tranquilas, donde la niebla solía ascender a media tarde y las leyendas sobre Diana descorrían todo un velo de sugerencia y sensualidad. El lugar donde practicar los más descabellados y sádicos rituales en su honor.

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Para poder disfrutar cómodamente del lugar, Calígula ordenó la construcción de dos auténticos yates de recreo en su villa imperial del lago Nemi, sobre el año 37 de la era cristiana. El resultado de aquellas construcciones debían dar claro ejemplo de su poder. Así que se hizo tal y como el emperador mandó. ¿Sabes cuáles eran sus dimensiones? 70 metros de largo por 20 metros de ancho. Podríamos decir que ambos «titanics» ocupaban la superficie completa del lago. Pero si interesantes son sus dimensiones, más curiosos son los materiales con los que fue realizado: pan de oro, mármoles y ricas maderas de la época.

El barco disponía de sistemas de calefacción, de terrazas y jardines, de agua fría y caliente, de techos dorados y lujoso mobiliario. Pero si los barcos fueron construidos en el año 37, podríamos decir que Calígula no disfrutó mucho demasiado de sus dos maravillas navales, ya que llegado el año 41 d. C, fue asesinado como ya sabemos por su guardia pretoriana. Tras su muerte, los barcos se abandonaron por completo, quedando hundidos bajo las aguas del lago Nemi durante 1854 años. Pero no olvidados…

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Reproducción de los barcos Nemi de Calígula

El posterior descubrimiento de los barcos Nemi

Todos los vecinos conocían la existencia de esos barcos. La historia se convirtió en leyenda y el recuerdo de esos navíos seguía presente en esta zona del sur de Roma. Era habitual que al lago llegaran numerosos cazadores de tesoros, personas que seguramente se llevaron interesantes piezas; pero no sería hasta principios del siglo XX, cuando quiso iniciarse la búsqueda de los dos navíos de Calígula.

Y cómo no, fue todo un acontecimiento. Se descubrieron aspectos increíbles, como el hecho de disponer de objetos en la proa para ahuyentar los malos espíritus o ese increíble sistema de calefacción mediante tubos de aire caliente bajo los mosaicos. Antes de que los barcos salieran a la luz, fue el ingeniero Malfatti quien estudió su situación mediante expertos buzos, pero no fue hasta la llegada de Mussolini en los años 20, cuando se decidió drenar parcialmente el lago por medio de un gran túnel, para dejar los barcos a la luz. El descubrimiento de los navíos de Calígula suponía para él un hito y un triunfo para el fascismo.

Pero tan fascinante descubrimiento no duró demasiado. Se construyó un museo a las orillas del lago para poder exhibir los navíos, pero llegada la Segunda Guerra Mundial, cuando los alemanes se retiraban de Italia se despidieron con un brutal bombardeo en esta zona. Estábamos en 1944. En poco más de un minuto, desaparecieron 1.850 años de historia.

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Descubrimiento en los años 20 de los barcos Nemi

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