La gente habla de la velocidad del sonido como si fuera constante, pero en realidad cambia según su entorno. Por eso en una mañana fría de invierno, podemos llegar a tener la sensación de que es posible escuchar los susurros de alguien a cinco calles de donde estamos. Descubre por qué el sonido viaja más rápido en el frío.
Por esta razón el sonido viaja más rápido cuando hace frío
Este fenómeno se debe a que el sonido es una onda de presión que depende de mover moléculas para llegar a donde va y puede lograrlo más rápido o más lento, según cómo sean esas moléculas. Viaja más rápido en el agua que en el aire, por ejemplo, y viaja más rápido en la madera que en el agua.
En el aire, la humedad y la temperatura juegan un papel en la velocidad del sonido. La humedad disminuye la densidad del aire y esto provoca que viaje un poco más rápido. El calor hace que las moléculas de aire se muevan más rápido, por lo que están más preparadas para transportar una onda de presión que las moléculas de movimiento más lento. Debido a eso, el calor hace que el sonido viaje más rápido, también.
Es un efecto similar al que se observa cuando una pajita en un vaso de agua parece estar partida por la mitad. Eso se debe a la refracción de la luz: la forma en que los rayos de luz se curvan cuando se mueven de un medio como el aire a un medio como el agua. Específicamente, la velocidad de la luz disminuye en el agua, lo que hace que se doble hacia el límite aire-agua. Cuando una onda hace lo contrario, pasando de un medio lento a uno rápido, se aleja de ese límite.
En un día frío, tiende a haber una capa de aire más cálido sobre las bolsas frías más cercanos al suelo. Cuando gritas a un amigo calle abajo o escuchas tu autobús acercándose, la onda de sonido que generalmente saldría en todas direcciones se refracta con ese aire cálido. Debido a que el sonido se mueve más rápido en el aire caliente que en el aire más frío, la onda se aleja del aire cálido y vuelve al suelo. Es por eso que el sonido puede viajar más lejos en climas fríos.
Por supuesto, hay mucho más que hace que las mañanas de invierno sean más silenciosas que la velocidad del sonido. La nieve absorbe el sonido, amortiguando así todos los pequeños ruidos que normalmente oirías reverberando desde el suelo. A mucha gente tampoco le gusta salir en clima frío, por lo que hay menos automóviles, peatones y animales afuera y, claro, esto también puede influir.
¿Qué te parece? ¿Habías detectado que el sonido viaja más rápido en días fríos?