En 2003 la historia sensacionalista acerca un supuesto alien encontrado en Chile por un hombre que tan solo buscaba despojos en una ciudad abandonada en el desierto de Atacama, encabezó los titulares de diferentes latitudes con aires de historieta fantástica. Lo anunciaban como un suceso insólito, tratándose de un cuerpo momificado de una criatura con una estructura ósea inusual del que se afirmaba era de origen extraterrestre. Sin embargo, a más de una década de este descubrimiento, los científicos han desvelado su procedencia que aunque no es alienígena, no deja de ser sorprendente.
El supuesto alien encontrado en Chile es humano
El esqueleto del supuesto alien encontrado en Chile se preservó perfectamente por las condiciones especiales del desierto de Atacama y lo bautizaron como “Ata”. Es diminuto, apenas alcanza los 15 centímetros de alto, su cabeza es deforme y alargada, tiene los ojos rasgados y le faltan varias costillas, exhibe 10 en lugar de 12. A simple vista todo parece indicar que su procedencia es de otro mundo porque nunca se había visto algo similar, pero los científicos han comprobado que Ata, protagonista del documental Sirius y otros programas de televisión, es en realidad el cuerpo momificado de una niña.
Gary Nolan, autor de este nuevo estudio y profesor de microbiología e inmunología en la Universidad de Stanford, se enteró por un amigo entusiasta de la vida extraterrestre que pronto se estrenaría una serie en Netflix sobre un humanoide de Atacama. Nolan investigó un poco más y acabó contactando a los directores del documental con el interés de realizar un análisis profundo para determinar su verdadero origen realizando una secuenciación del ADN del espécimen.
Tras firmar un par de acuerdos de confidencialidad con los autores de Sirius, Nolan y sus colegas procedieron a estudiar a Ata, descubriendo que el supuesto alien encontrado en Chile era una niña de seis ocho años que murió hace 40 años con una deformidad única. Para llegar a esas conclusiones los especialistas llevaron a cabo un análisis de secuenciación de genoma completo que sirvió como punto de partida para diagnosticar cada una de las anomalías genéticas desconocidas hasta el momento que ocasionaron estas características tan particulares.
El tamaño y las deformidades óseas de Ata correspondían a varias mutaciones genéticas, en siete genes en concreto, las cuales según el doctor Atul Butte, otro autor principal del estudio, fueron responsables de la escoliosis y displasia esquelética (enanismo) de Ata. Pocas veces son encontradas tantas mutaciones en un mismo individuo, es por esto que aunque Ata no es un extraterrestre, sigue siendo un acontecimiento excepcional, descrito como “raro” por los científicos.
“Hay mutaciones en muchos genes, incluidos los genes relacionados con la producción de colágeno (en nuestros huesos y cabello), con articulaciones, costillas y arterias. Sabemos que estos genes participan en dichos procesos del desarrollo humano, pero aún estamos descifrando lo que hacen todos los otros genes en el ADN”, aseguró el doctor Atul Butte, otro autor del estudio, que además refiere a este hallazgo como una luz para analizar más de cerca las distintas mutaciones genéticas presentes en Ata, y así ofrecer un diagnóstico más rápido a otros pacientes.