En cinco meses fueron asesinados entre 800.000 y un millón de tutsis, este fue sin duda uno de los episodios más sangrientos y terribles de nuestra historia contemporánea. El odio entre dos etnias desató un auténtico infierno en el país africano.
Tutsis versus Hutus
El 6 de abril del año 1994 comenzaba uno de los episodios más oscuros de nuestra historia, Ruanda fue el escenario de una de las peores matanzas de los últimos tiempos. ¿Qué desató el odio entre estas dos etnias?
La historia se remonta al siglo XV, cuando los Tutsi invadieron Burundi de donde eran originarios los Hutus, a partir de ese momento los Tutsi se hicieron con el poder político y militar, a pesar que los mismos eran una minoría frente a una población mayoritariamente perteneciente a la etnia Hutus.
Desde ese momento comenzarían las fuertes tensiones entre ambas etnias, hasta que en el año 1962 cuando Ruanda y Burundi obtienen la independencia de Bélgica los enfrentamientos entre los Tutsi y los Hutus se volvieron cada vez más fuertes. De hecho, desde 1965 y hasta 1991 se desencadenaron diversas matanzas en las que los Tutsi eran los victimarios y los Hutus las víctimas, se estima que a lo largo de esos años fueron asesinados más de 500.000 Hutus.
Terror y muerte
El 6 de Abril de 1994 asesinan al presidente de Ruanda, Habyarimana, perteneciente a los Hutus y quien había gobernado el país por más de 20 años. El magnicidio fue la excusa perfecta que terminó por desatar el odio entre estas dos etnias, pese a que nunca se hicieron las investigaciones pertinentes para descubrir quienes habían asesinado al presidente, los Hutus asumieron que habían sido los Tutsis, por lo cual decidieron hacer todo lo posible por exterminarlos.
Los Hutus, quienes conformaban el 85% de la población asesinaron entre 800.000 y un millón de Tutsis (15%). Los métodos que utilizaron para masacrar a sus rivales iban desde cortar las extremidades con machetes, violaciones en masa, obligar a los hombres Tutsis a mantener relaciones sexuales con mujeres infectadas con Sida, quemarlos vivos, torturar y asesinar a niños que se encontraban refugiados en las escuelas…
Inclusive los locutores de las radios comunitarias eran los voceros del odio que por tantos años se había enraizado, se expresaban respecto a los Tutsis como “gusanos” a quienes había que exterminar y los Hutus que no fueran tan radicales también debían ser exterminados.
Las consecuencias de esos cinco meses infernales fueron millones de asesinados, torturados y más de 2 millones de refugiados.
El diario ABC de España recogió unas impactantes declaraciones de uno de los sobrevivientes de esa matanza que vivió el horror de primera mano, se trata del misionero Santos Ganuza:
“En abril de 1994 llegaron los “Interahamwe” [grupo paramilitar hutu formado en 1991] y mataron a unos mil tutsis que se habían refugiado en la iglesia, sin que yo pudiera hacer nada para evitarlo. Pocos días después, llegaron los militares tutsi y mataron a 10.000 hutus. Las televisiones occidentales proyectaron las imágenes de los hutus asesinados en mi parroquia, identificándolos como a tutsis”
El odio entre estas dos etnias resultó en uno de los peores genocidios de la historia contemporánea después de la segunda guerra mundial, más aún tomando en cuenta que el país africano contaba para aquel entonces con apenas 8 millones de habitantes. Todavía hoy en día están cicatrizando las heridas por tanto odio y tanto daño que estos ruandeses se hicieron los unos a los otros.
¿Sirve de algo tanta violencia? ¿Ganaron algo estas dos etnias?