El ombligo no es más que nuestra primera cicatriz, sí, tal como lees, el ombligo está formado por el tejido cicatricial que sobresale del cordón umbilical, que te unió a la placenta en el vientre de tu madre y te sirvió para alimentarte y respirar durante tu gestación. Una vez que el cordón umbilical fue cortado, el muñón que quedó atrás cayó y quedó el ombligo. Habiendo dejado eso claro: ¿Por qué tocarte el ombligo da esa sensación tan rara?
Tocarte el ombligo: ¿por qué nos provoca esta sensación tan extraña?
Resulta que el ombligo está conectado a las fibras que conducen a la médula espinal que en ese nivel también transmite información de la vejiga y la uretra a tu cerebro. Es por eso que al tocarte el ombligo, estás estimulando estas mismas áreas.
Al hurgar en el ombligo de algún modo estás engañando a tu cerebro para que piense que está recibiendo señales de otros lugares, imitando la sensación de necesidad de orinar o de hormigueo en la ingle.
Profundo, tras el ombligo, todo está cubierto por el peritoneo parietal, una estructura muy sensible y cuyas fibras nerviosas sensoriales van a la médula espinal y cuyos nervios envían la sensación acerca de la vejiga y la uretra al cerebro. Sin embargo, para que se transmita esta «falsa información» hay que tocar el «final del ombligo», porque que solo introducir levemente el dedo en el ombligo no producirá la misma sensación.
Para que se dé esta sensación calificada por muchos como “extraña”, debes hundir el dedo con una fuerza moderada en la cavidad, ya que, de lo contrario, cuando sólo se presiona sobre la piel alrededor de su ombligo, no produce la misma sensación, porque no está golpeando las fibras más profundas detrás de la capa muscular.
Como has visto sí hay una explicación científica detrás de esa extraña sensación que tenemos al tocarnos el ombligo.
Aún así, con sensación extraña o no, el ombligo es una parte de nuestro cuerpo bastante sensible, y un vivo recordatorio de la vieja conexión que tuvimos con nuestras madres, incluso desde el vientre. Además de eso, es el centro de nuestro cuerpo y, aunque, no se le conoce una función específica, es importante cuidarlo y dedicar atención a su higiene, ya que puede albergar gérmenes que de no ser tomados en cuenta pueden producir infecciones.
Respecto al ombligo también te gustará saber que los hay de distintos tipos y hay uno que destaca entre el resto por ser peculiar: los ombligos salidos. Lo que quizás no imaginas es que es muy poca gente la que lo tiene así. De hecho, se calcula que aproximadamente sólo el 10% de la población tiene el ombligo salido. ¡Curioso! ¿Verdad?
¿Tú también has experimentado esa extraña sensación cuando aprietas tu ombligo? Ahora ya sabes que es porque envías señales acerca de tu uretra y vejiga al cerebro. Y, por cierto, ¿cómo es tu ombligo? ¿Perteneces al 10% del que te hablábamos?
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