Es muy posible que a lo largo de estos días te hayas encontrado con un interesante trabajo que una fotógrafa de Massachusetts ha estado llevando a cabo a lo largo de casi 20 años.
Su nombre es Amanda Jones, y su proyecto lleva el interesante título de «Dog Years Faithful Friends Then y Now«. En él, lo que ha hecho es fotografiar a una serie de perros a lo largo del tiempo para que podamos ver el antes y el después de nuestras queridas mascotas. Porque ellos, nuestros perros también envejecen aunque apenas nos demos cuenta.
Durante este bonito proyecto, la propia Amanda perdió a su mascota, a Lily, así que de algún modo podemos ver también estas fotografías como un pequeño tributo a todos esos amigos que también nosotros hemos perdido.
Nuestros perros y el inevitable paso del tiempo
«¿Qué cuántos años tiene mi perro? Pues no sé, no mucho, unos 12 o 13 años». Ese momento, ese instante en que recordamos la edad de nuestros animales y somos conscientes de que el tiempo para ellos pasa de modo más acelerado al nuestro, nos damos cuenta que una década es en realidad para ellos toda una vida, y es más, entran ya en la ancianidad.
Y no, nos damos cuenta, porque a ellos no les salen arrugas, no necesitan gafas ni audífonos, pero día a día van perdiendo facultades. Y a pesar de que su cabello no encanece como el nuestro, de que no se quejan de cómo les duelen los huesos al sentarse, o de qué mal les va esa artritis de rodilla, hemos de tener en cuenta que también ellos deben «jubilarse» de esas largas excursiones, de correr detrás de las pelotas, de subir y bajar escaleras con la rapidez de antaño.
Este proyecto llevado a cabo por una fotógrafa estadounidense nos demuestra el brillo de adorable de la juventud en esos cachorros, y la mirada sabía y admirable de eso perros que han llegado a la madurez en nuestra compañía. Parecen felices, no hay duda, llevan la expresión de quien vive una vida plácida y cuenta con una buena familia, y eso, es lo importante.
Ahora bien, puede que te preguntes de qué manera podemos notar que nuestros perros se hacen mayores, y cuáles suelen ser los primeros indicios. Aquí van unas cuántas pistas que pueden servirnos para tenerlo en cuenta:
- Ya no están tan pendientes de los estímulos como antes. El ladrido de un perro fuera de casa puede no hacerles reaccionar tan rápido, es más, puede que los llamemos «vagos y despistados», pero en realidad, pueden haber perdido audición.
- Un problema de los perros más grandes son las caderas. El desgaste óseo suele ser evidente en esta zona, de ahí que los veas andar con la zona de las piernas de atrás un poco más baja. Además, cuando se sientan, suelen emitir largos suspiros de cansancio.
- Ya no digieren tan bien la comida, de ahí que necesiten pienso especial.
- Atiende sus ojos. Si vez que su mirada es más opaca de lo normal es muy posible que tenga cataratas.
- Verás que cada día se cansan más, ya no son tan rápidos y gruñen cuando los tocas, cuando les molestas demasiado. Dejan de tener tantas ganas como antes para salir a jugar.
¿Cómo podemos favorecer la longevidad de nuestros queridos amigos?
Si hay algo que nos gustaría es que nuestras mascotas vivieran tanto como nosotros. No obstante, ya sabes que esto no es posible, de ahí que sea interesante tener en cuenta unos sencillos consejos para conseguir que tengan una vida larga y plena, siempre que esté dentro de nuestras posibilidades.
- Los perros tienen emociones, atiéndelos como a un miembro más de la familia. Jamás cometas el error de dejarlo de lado cuando lo veas mayor, trayendo a un nuevo cachorro a casa. Los perros sienten claramente cuando se les deja de lado y cuando ya no les prestamos tanta atención.
- Sigue unas mismas rutinas con ellos donde no falten nunca los paseos.
- Cuida su alimentación con los piensos más apropiados para las características de tu perro. Ten en cuenta que el organismo de nuestras mascotas no es igual que el nuestro, de ahí, que no debamos cometer el error de darles cualquier capricho que nosotros estemos comiendo, como dulces o golosinas.
- Establece visitas periódicas con su veterinario. Aunque tu perro lo deteste, la ayuda de un profesional siempre nos permitirá, dentro de lo posible, a conseguir que vivan más años.
Hazle feliz cada día a tus perros al igual que ellos lo hacen contigo. Y recuerda, que se hagan mayores y que nos dejen, forma parte de la vida, pero recuerda que en realidad, los perros no mueren, duermen para siempre en tu corazón
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Imagen: Amanda Jones